El BCE vuelve a insuflar liquidez al sistema pasando por el puente de los bancos. El organismo europeo abre sus arcas una vez más para que las financieras soliciten el dinero que quieran bajo la premisa de drenado a la sociedad en forma de créditos. Y, es que, el importe asignado tiene un límite máximo de préstamo equivalente al 7% del importe total de sus préstamos al sector privado no financiero de la zona del euro, excluyendo los préstamos concedidos a hogares para la adquisición de vivienda, que estuvieran vivos en los balances de la banca europea a 30 de abril de este año
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Recordemos que ésta es la segunda vez que el BCE celebra esta clase de subastas. En septiembre llevó a cabo el primer TLTRO (targeted longer-term refinancing operations), el cual, no tuvo mucho éxito, pues los bancos solicitaron tan sólo 82.600 millones, por debajo de los 100.000 millones que se preveía y, consecuentemente, menos del que tendrían que prestar a la sociedad posteriormente.

En esta ocasión, según un sondeo de Reuters, los bancos europeos solicitarán más dinero que en la anterior cita, pero el monto total se situará por debajo de los 150.000 millones de euros. Sumando ambas cantidades, los bancos sólo habrían tomado algo más de la mitad de la liquidez a su disposición.

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Fuente: BCE

En esta segunda subasta de TLTRO los bancos españoles podrán solicitar en total hasta 39.000 millones, pues entre las dos subastas en total tenían derecho a acceder a 54.000 millones. La única entidad que no podrá solicitar liquidez en esta ocasión será Bankia, ya que en septiembre pidió de una vez los 2.700 millones a los que tenía acceso. Economía calcula que las financieras españolas solicitarían unos 30.000 millones en total.

Los siete mayores bancos de nuestro país, es decir, los cotizados en el Ibex 35, solicitarán entre 19.900 millones y 21.400 millones de euros, a lo que se sumarían algo menos de 1.000 millones del resto de las entidades.

Previsiblemente mañana Banco Santander pedirá 5.400 millones para su banco en España, más otros 600 millones destinados a Portugal, por lo que agotaría los 9.000 millones a los que tenía derechos, pues en septiembre ya consumió 3.000.

BBVA podría repetir cuantía con respecto a lo solicitado en septiembre, por lo que pedirá 2.600 millones.

CaixaBank requerirá 3.600 millones, por encima de los 3.000 que solicitó en septiembre, pero no llegará a los 7.000 a los que tendría derecho.

Bankinter solicitará 1.500 millones, el máximo del que puede disponer.

Popular pedirá 2.800 millones, prácticamente lo mismo que en septiembre.

Sabadell, que no solicitó nada en septiembre, pedirá ahora unos 5.500 millones.

Pero la barra de liquidez a los bancos no se cierra con este segundo TLTRO. Entre marzo de 2015 y junio de 2016 los bancos europeos podrán obtener préstamos por importes adicionales mediante una serie de TLTRO trimestrales, que en total podrán alcanzar un máximo de hasta tres veces la financiación neta de cada entidad de contrapartida al sector privado no financiero de la zona del euro, excluyendo los préstamos a familias para la adquisición de vivienda, concedida entre el 30 de abril de 2014 y la fecha de referencia de adjudicación respectiva por encima de un valor de referencia especificado. Todas las TLTRO vencerán en septiembre de 2018 aunque, en el supuesto que la banca no cumpla los requisitos fijados por la autoridad monetaria, las entidades devolverán el dinero en 2016.

Entre tanto, el BCE sigue buscando la manera de aumentar su balance en un billón de euros. A ello contribuirá la devolución esta semana de 14.000 millones y la próxima de otros 12.000, por los préstamos solicitados durante la crisis. Además, en su operación semanal, el BCE asignará 100.000 millones de euros a los bancos la semana que viene, frente a 98.000 millones de euros la última vez.

Si con todas estas medidas no se logra arengar a la economía y crear inflación, el BCE podría anunciar un QE en enero. Este plan comprendería la compra directa de deuda, corporativa y/o pública, aunque no hay pistas de cómo se podría llevar a cabo, ya que, en principio, los estatutos que rigen la actuación del organismo no lo permiten. Por ello, José Lizán, gestor de SICAV de Auriga SV, indica que “finalmente el BCE ‘se sacará un conejo de la chistera’ y comprará bonos emitidos por el BEI. Así se recapitalizaría ese fondo, que ha nacido con pocos fondos y, además, se tendría un instrumento de relanzamiento de la economía y un fondo de infraestructuras. Si no es así, abrirá la mano a bonos corporativos o de entidades bancarias, pues tiene que crear inflación porque hay riesgos”