El dolor agudo se relaciona con la respuesta neuroendocrina a una situación de estrés. En pacientes recién operados, la intensidad del dolor es proporcional al grado de intervención y afectación de los tejidos u órganos manipulados en el tratamiento quirúrgico. Una respuesta adecuada por parte del Servicio de Anestesiología y Reanimación para el control del dolor agudo postoperatorio es una prioridad en la medida en que puede desencadenar efectos adversos, retrasar la recuperación y favorecer el desarrollo de dolor crónico.
“La gestión del dolor en estos casos es muy relevante debido a que sus efectos pueden tener repercusiones cardiovasculares (hipertensión, taquicardia, irritabilidad miocaÌrdica, isquemia miocárdica…), respiratorios (hiperventilación, formacioÌn de atelectasias), gastrointestinales y urinarios (retención urinaria, movilidad intestinal, aparicioÌn de uÌlceras gástricas, náuseas, vómitos, distención abdominal), endoÌcrinos (aumento de niveles de catecolaminas, cortisol y glucagón y disminución de insulina y testosterona, aumento de aldosterona…) hematológico (aumento de la adhesividad plaquetaria e hipercoagulabilidad) inmunitarios (depresión del sistema reticuloendotelial que predispone al paciente a infecciones), efectos psicológicos (ansiedad alteraciones del suenÌo, delirio.)”, subraya la responsable de la Unidad del Dolor del Hospital Quirónsalud Marbella, la doctora Cristina Rodríguez Alcalá. El tratamiento del dolor agudo postoperatorio cuenta con variadas opciones terapéuticas.
En los últimos años se ha consolidado el concepto de analgesia multimodal que incluye la administración de dos o más fármacos que actúan por diferentes mecanismos para proveer analgesia y que pueden ser administradas por la misma ruta o por diferentes rutas. En opinión de la doctora Rodríguez Alcalá “una correcta valoración del dolor es esencial para asegurar la eficacia del tratamiento instaurado”. La experta subraya que “el profesional debe propiciar la participación del enfermo en la gestión de su propio dolor llevando a cabo las modificaciones de la terapia necesarias en base a la respuesta individual del paciente”.
Unidad del Dolor Agudo y Unidad del Dolor Crónico
El Hospital Quirónsalud Marbella ha trabajado en los últimos años en un protocolo asistencial específico al objeto de unificar criterios anestésicos y analgésicos en el tratamiento del dolor agudo de los pacientes quirúrgicos. Con estas medidas, se ha creado la Unidad de Dolor Agudo, una estructura y cultura adecuada en la que el correcto tratamiento del dolor es un objetivo de calidad asistencial. “Para ello, se han elaborado protocolos de analgesia multimodal en los diferentes actos quirúrgicos de elevada prevalencia de dolor agudo.
Este proceso ha permitido establecer un modelo de atención adaptado a cada paciente y a cada cirugía en cada una de las fases del proceso quirúrgico (sedación, estancia en la unidad de recuperación post-anestésica, unidad de cuidados intensivos y postoperatorio), explica la especialista del centro malagueño. El Hospital Quirónsalud Marbella cuenta también con una Unidad de Dolor Crónico para el tratamiento de cuadros dolorosos complejos, diseñado para pacientes con un padecimiento resistente al tratamiento convencional. En estos casos, además del tratamiento farmacológico se evalúa la idoneidad de la realización de técnicas en el quirófano o en la sala de hemodinámica que permiten mejorar la calidad de vida de los pacientes.
El objetivo de esta Unidad es poder abordar los casos de dolor más complejos con la última tecnología existente mediante procedimientos mínimamente invasivos (radiofrecuencia, terapia regenerativa, técnicas intradiscales…). El hospital marbellí ha establecido una comisión clínica denominada “Hospital sin Dolor”, integrada por un equipo multidisciplinar de especialistas. En este comité se garantiza una visión individualizada de cada paciente con dolor a fin de garantizar la respuesta médica más adecuada para cada caso.