Estos expertos estiman, utilizando un modelo econométrico, que el periodo de incertidumbre ha supuesto un shock transitorio de 0,4 puntos porcentuales en el crecimiento del consumo privado y 0,2 puntos para la inversión de las empresas. Así, esto se puede traducir en una expansión 0,25 puntos porcentuales menor del PIB, y la creación de en torno a 50.000 puestos de trabajo menos. Si la incertidumbre se mantiene, la economía necesitaría en torno a 2,5 años para volver a sus niveles normales de crecimiento con un impacto por medio de 0,5 puntos en la inversión, 1,5 puntos en el consumo, y 0,8 puntos porcentuales en el PIB.
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La inestabilidad hace difícil que haya ajustes en los presupuestos de 2016 y 2017, aumentando la probabilidad de sanciones por parte de Bruselas
De hecho, estos expertos recuerdan que las ventas minoristas, la producción industrial y los indicadores adelantados han perdido impulso en los últimos meses. "Hay que tener en cuenta que la falta de un Gobierno estable en un contexto de inminente decisión de la Comisión Europea sobre las cuentas públicas españolas añade aún más incertidumbre y aumenta el impacto negativo en el crecimiento. La inestabilidad además hace difícil que haya ajustes en los presupuestos de 2016 y 2017, aumentando la probabilidad de sanciones por parte de Bruselas", argumentan en Societe Generale.
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EL PSOE TENDRÁ UN PAPEL CLAVE: ¿PP O PODEMOS?
Para los analistas de Societe Generale, el papel clave tras el 26 de junio será el PSOE, formación en la que creen que después de los peores resultados de la historia moderna del partido el 20 de diciembre, y teniendo en cuenta lo que dicen las encuestas, es probable que haya una sucesión en su liderazgo, aunque no está claro quién podría sustituir a Pedro Sánchez. En cualquier caso, estiman que los socialistas pueden acordar una coalición con Podemos, pese a que hay diferencias sustanciales entre ambos como con Cataluña. La otra opción es abstenerse en una investidura e implícitamente apoyar una coalición entre PP y Ciudadanos, aunque "esto es difícil sin la dimisión del primer ministro, Mariano Rajoy".
En cuanto al estudio de los programas, los populares acuden con "más de lo mismo", salvo "cambios cosméticos", para continuar con la política de la anterior legislatura, aunque prometen una reducción de impuestos. Ciudadanos sigue abogando por eliminar la temporalidad laboral con la fórmula del contrato único, "similar a la reforma italiana de 2014", y ha cancelado la promesa de rebajar el IVA y dar una renta a los trabajadores de menores ingresos. El PSOE "se inclina hacia la izquierda", con una tasa especial para cubrir el gasto en pensiones, y se mantiene la propuesta de subir el salario mínimo y crear un impuesto financiero.
Por último, Podemos exhibe un programa "menos radical" respecto a diciembre, con un incremento del gasto público de 60.000 millones, 30.000 millones menos de lo previsto hace medio año, y una reforma fiscal para incrementar la recaudación en 10.000 millones. Además, aboga por abolir las últimas reformas laborales y de pensiones, y elevar el salario mínimo.
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