
El papel de las empresas privadas en la actualidad va más allá de generar beneficios. Cada vez son más relevantes las políticas de RSC y las inversiones que se llevan a cabo por parte de actores empresariales destinadas a iniciativas sociales que contribuyen a mejorar el bienestar social, ya sea de los trabajadores, de los accionistas o incluso de colectivos más vulnerables en materia social o medioambiental.
Según el informe de “Más Valor Social en 2033” elaborado por PWC, en torno a 1.500 millones de euros anuales están destinados a proyectos educativos, sanitarios y medioambientales. En 2020, el sector privado recaudó casi 300 millones de euros para cubrir las necesidades de los colectivos más vulnerables y actuar en escenarios de emergencia.
La contribución no solamente se limita a proyectos destinados a una labor concreta, sino que también existen otros mecanismos para garantizar el bienestar social, como por ejemplo la casilla de Empresa Solidaria del Impuesto de Sociedades, que destina el 0,7% a proyectos sociales sin coste adicional para la empresa. En la última campaña correspondiente al ejercicio 2024, 306.051 empresas participaron en estas labores, logrando 83,67 millones de euros (un 600% más que en 2023) asignados a 10.500 proyectos sociales, un dato que refuerza la importancia de las empresas en acciones sociales.
Los beneficios que aportan este tipo de iniciativas no repercuten únicamente en la sociedad en general, que es la principal beneficiaria, sino que también afecta a otros actores clave como la empresa en sí misma o los empleados. Favorece la confianza y la reputación de la compañía, así como la posibilidad de acceder a financiación por parte de organizaciones públicas alineadas con objetivos específicos, como por ejemplo la sostenibilidad o la descarbonización. Por otra parte, para los empleados puede generar la capacidad de desarrollar nuevas competencias, fomentar el compromiso o el sentimiento de pertenencia a una compañía que realiza el bien social.
Un de los sectores que se muestran más comprometidos con las iniciativas sociales es el energético, que tiene una doble responsabilidad social: por un lado, llevar a cabo una serie de proyectos orientados a la transición energética fomentando políticas de descarbonización y, por el otro, asegurar el suministro energético.
Ante este escenario, compañías como Naturgy , a través de la Fundación Naturgy creada en 1992, desarrolla programas de acción social con especial hincapié en actuaciones dirigidas a paliar la vulnerabilidad energética.
Naturgy, una gran apuesta contra la pobreza energética
El Plan de Vulnerabilidad Energética de Fundación Naturgy ha permitido beneficiar a más de 304.000 personas desde 2017, siendo la principal actividad de apoyo a las familias que viven una situación de pobreza energética. Dentro de este Plan, se encuentra el Fondo Solidario de Rehabilitación Energética, un proyecto con el objetivo de minimizar la pobreza energética y que, desde su lanzamiento en 2018, ha realizado la rehabilitación de casi 5.200 hogares vulnerables y centros residenciales. Asimismo, cuenta con un programa de voluntariado que ha beneficiado a más de 85 mil personas.

En esta misma línea, la Fundación Naturgy ha celebrado su sexta edición del “Premio a la mejor iniciativa social en el ámbito energético”. El certamen ha tenido 84 candidaturas y un impacto social de 260.000 beneficiarios, con soluciones para evitar la pobreza energética.
El primer premio ha sido para la Asociación Provivienda que ha recibido 100.000 euros por su proyecto “Soluciones para el Ahorro Energético en el Hogar”. El plan persigue mejorar el acceso a los hogares más vulnerables mediante el diagnóstico de las necesidades energéticas de los hogares, así como la implementación de medidas para mejorar su eficiencia, la formación de hábitos en el consumo o la optimización de las facturas en el suministro.
La Fundación Tomillo ha recibido el accésit, dotado con 50.000 euros, por el proyecto “Jóvenes Vulnerables, Agentes de Cambio Social”. La iniciativa está destinada a incrementar el empleo juvenil y la sostenibilidad energética.
El resto de proyectos finalistas ha sido beneficiado con 10.000 euros cada uno dirigidos a la Asociación Socaire, con el “proyecto Ventanilla Energética”; Fundación Arquia, por su iniciativa “Arquia / Bienestar”; Fundación Konecta, por “Hub Empleo Verde”; Fundación Privada Integra Pirineus, por “Donem Vida al Bosc”; Fundació Habitatge Social, por “Proyecto Prometeo”; Institut Metrópoli, por “Vigilantes del Calor”; Generamés, por ‘Energía Limpia e Inserción Social’; y a Mohammad Nazrul Chowdhury Begun como fundador de ‘Proyecto Confianza’.
Las 84 ideas de esta edición se suman al resto de ediciones que alcanzaban una cifra de 338 proyectos. Las candidaturas en estos seis años reúnen ya más de un millón doscientos mil beneficiarios.
En total, Fundación Naturgy ha entregado en estas seis ediciones 680.000 euros en premios a todas estas entidades con el compromiso de aplicarlo en la realización de nuevos proyectos sociales. Naturgy demuestra la capacidad de conectar su capacidad empresarial con el propósito social que lleva a una transformación que contribuye con el bienestar social. La inversión social es un movimiento estratégico para encaminarse hacia un futuro mejor.

