IAG perdió el año pasado 2.933 millones de euros, un 57,7% menos que en 2021. La compañía consiguió elevar sus ingresos totales un 8,3%, hasta los 8.455 millones, a pesar de las enormes restricciones que vivieron dos de sus principales mercados: Reino Unido y Estados Unidos.
La compañía prevé que la capacidad de pasajeros crezca hasta el 85% de los niveles anteriores a la pandemia y volver a obtener beneficios en 2022, después de que el desplome de la capacidad en 2021 hasta solo el 36% del nivel de 2019 provocara una pérdida neta de 2.970 millones de euros. En noviembre la empresa había advertido que se encaminaba a una pérdida en 2021 de unos 3.000 millones de euros, perjudicada por las restricciones por la pandemia durante la mayor parte del año, lo que supone una mejora respecto a la pérdida de 4.390 millones de euros de 2020.
IAG ha comunicado que esperaba reportar una pérdida operativa "significativa" para el primer trimestre de 2022 debido a la estacionalidad normal, el impacto de ómicron en las reservas a corto plazo y el impacto en los costes operativos de la reconstrucción de la capacidad. Sin embargo, espera que su resultado operativo sea rentable a partir del segundo trimestre, con lo que tanto el beneficio operativo como los flujos de caja netos de las actividades de explotación serán "significativamente positivos" para el año.
La empresa ha dicho que ómicron ha afectado a las reservas de enero y febrero de 2022, pero que ha tenido un impacto mínimo en las reservas de Semana Santa y verano de 2022.
La previsión del grupo asume que no habrá más contratiempos relacionados con el COVID-19 y las restricciones de viaje impuestas por el Gobierno, ni un impacto material de los "recientes acontecimientos geopolíticos".