En un evento organizado por el 'Council on Foreign Relations', la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, comentó que la eurozona está mostrando signos claros de recuperación después de un período prolongado de estancamiento. Aunque no hubo recesión, la recuperación ha sido lenta pero acompañada de datos de empleo excepcionales, reflejados en las históricamente bajas tasas de desempleo.
Lagarde compartió sus previsiones de un crecimiento acelerado para la eurozona en los próximos años, contrastando con un desempeño más sólido de Estados Unidos en términos macroeconómicos recientes. Destacó que el diferencial entre las economías europea y estadounidense se debe a múltiples factores, incluidos problemas como la crisis energética y la crisis financiera del pasado.
La presidente del BCE reconoció la importancia de China en la economía global, analizando cómo el país asiático podría reorientar sus exportaciones hacia naciones no alineadas debido a tensiones con Estados Unidos y la Unión Europea. Lagarde sugirió que China podría adaptar su enfoque industrial para evitar la sobrecapacidad y aumentar sus exportaciones hacia nuevos mercados.
Lagarde también abordó la política monetaria europea, descartando cambios en el objetivo de estabilidad de precios. Además, señaló la importancia de vigilar de cerca los movimientos de divisas, especialmente por su posible impacto en la inflación. La exministra de Economía de Francia defendió la necesidad de considerar el impacto del cambio climático en las condiciones financieras, aunque no lo incluiría en el mandato del BCE. Asimismo, enfatizó el papel clave del sector privado en la transición ecológica y el control necesario en el uso de la inteligencia artificial.