Según los datos publicados por el Banco de España, el saldo vivo de los créditos hipotecarios para adquisición de vivienda en España cerraron el año pasado con su peor nivel en 18 años. El 'stock' hipotecario español se situó en diciembre en 494.986 millones de euros, lo que supone un descenso del 3,1% en comparación con diciembre de 2022 y una caída del 0,3% frente al mes anterior.

Desde el mes de julio, la cartera hipotecaria española se mantiene por debajo de la cota del medio billón de euros, alcanzando así el nivel más bajo registrado desde mayo de 2006. Si solo se tienen en cuenta los cierres de año, el 'stock hipotecario español ha caído al nivel de 2005.

Las nuevas operaciones de crédito hipotecario en diciembre sumaron un total de 5.128 millones de euros, alcanzando un total de 56.242 millones de euros en el año 2023. Esta cifra es elevada en términos históricos, siendo superada en la última década solo en los años 2021 y 2022. Además, del total de nuevas operaciones firmadas durante 2023, 4.728 millones de euros corresponden a renegociaciones hipotecarias, el volumen más alto desde 2016.

En cuanto a los tipos de interés, las nuevas hipotecas firmadas en diciembre presentaron un tipo de interés (TEDR) medio del 3,74%, lo que supone una ligera disminución de cinco puntos básicos y el mejor dato desde mayo del mismo año. Sin embargo, este interés es notablemente más alto que el registrado en diciembre de 2022, cuando las hipotecas se firmaban en promedio con un interés del 2,91%. A pesar de esto, la repreciación de la cartera ha provocado que el tipo de interés medio ponderado del saldo vivo hipotecario español se eleve en tres puntos básicos, alcanzando el 4,64%, el nivel más alto desde julio de 2009.

En resumen, el saldo vivo de los créditos hipotecarios en España ha alcanzado su peor nivel en 18 años, situándose por debajo del medio billón de euros y cayendo a niveles no vistos desde 2005. Aunque se registraron nuevas operaciones de préstamos hipotecarios por un total de 56.242 millones de euros, la caída en el stock hipotecario y el aumento en los tipos de interés medio ponderado reflejan un panorama desafiante para el mercado hipotecario español.