MADRID, 22 OCT. (Bolsamania.com/BMS) .- Que tanto el principal índice bursátil de Estados Unidos como el más importante de Europa hayan marcado hoy máximos históricos es información suficiente para entender en qué momento se encuentran las bolsas. La Renta Variable de las economías occidentales está pletórica, aunque no en todas las plazas “se torea” igual. Mientras el S&P y el Dax cotizan en niveles nunca vistos y ambos índices ya miran de lejos la debacle financiera que estalló en 2008, el Ibex 35 se encuentra a un 60% de sus máximos históricos, marcados a finales de 2007, cuando apenas hacía unos meses que se había entendido el significado de la palabra subprime. Además, el reflejo en la economía real española del buen comportamiento de las bolsas no tiene el calado que se observa en Estados Unidos, por ejemplo.

Hoy mismo, el Informe de Empleo de la primera economía del mundo correspondiente al mes de septiembre ha mostrado una caída en la tasa de paro a mínimos de cinco años. Un análisis menos “terrenal” demuestra que, aunque el desempleo en Estados Unidos se haya reducido, la creación de puestos de trabajo aún es decepcionante, porque se esperaban hasta 180.000 nuevos empleos y apenas se han creado 148.000. Sin embargo -de nuevo abandonamos “La Tierra” para pensar como inversores-, estos malos datos refuerzan las expectativas de que la Reserva Federal (Fed) no iniciará la retirada de estímulos, tapering, hasta al menos el año que viene. Por tanto, la realidad del mercado laboral de Estados Unidos es mala para la economía, pero buena para la bolsa; de nuevo el “bad news, good news”, una reinterpretación para adaptarse a los tiempos que corren del famoso dicho anglosajón “no news, good news”. Y como de rediseñar refranes va el tema, los expertos de Santander Private Banking concluyen sobre la situación política y económica de Estados Unidos que “bien está lo que no acaba mal” y, de momento, basta con este conformismo ante la resolución in extremis de la crisis fiscal en Washington.

Las bolsas parecen así conformarse con poco -entendiéndose por “poco” las multimillonarias inyecciones de liquidez de los bancos centrales- y no se inmutan ante “realidades” de la “economía real” nada halagüeñas. La primera economía del mundo aún no es capaz de crear empleo con vigor, pero sus índices bursátiles tocan máximos históricos y contagian a unas bolsas europeas donde la falta de correlación con la realidad económica es más impactante aún que en la otra orilla del Atlántico. Hoy, otra muestra: los principales selectivos del Viejo Continente han seguido subiendo.

El Ibex 35, sin embargo y como si quisiera hacer buena la idea de que aún España está muy lejos de recuperarse al ritmo de sus colegas europeos, no se ha sumado a las compras del 0,50% de media en Europa y ha caído un 0,25%, aunque sigue resistiendo por encima de los psicológicos 10.000 puntos (10.012,90 puntos). Poco le ha servido al selectivo español que FCC se haya de nuevo disparado hoy un 8,30%. El índice está claramente dominado por los bancos, y la constructora tiene una ponderación mínima.

La compañía ya volaba ayer un 5,42% y con mucho volumen, aunque entonces no era público que el multimillonario estadounidense Bill Gates se iba a convertir en su segundo mayor accionista. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) asegura que, como hace por defecto, analizará los movimientos inusuales previos a una operación corporativa.

A pesar de su escaso impacto en el comportamiento del Ibex 35, la noticia de que el fundador del gigante Microsoft ha invertido en FCC es un ejemplo del “llega dinero de todas partes” de Emilio Botín que, de momento, tampoco se nota a ras de suelo.

La expresión de Botín resultó insultante para muchos, pero Gates la ha hecho real con una inversión de 113,5 millones de euros en la constructora y siguiendo los pasos de otros que también refutan la teoría del banquero español: Carlos Slim (México) en CaixaBank y Gas Natural; Temasek (Singapur) en Repsol; Sonatrach en CEPSA; KG EOS Holding compró el negocio de recobros de Banco Popular; Aegón (Holanda) el 51% de Santander Seguros y Reaseguros; Apollo (Estados Unidos), EVO Banco; Bain Capital (Estados Unidos), Atento, call center de Telefónica; o HNA (China), el 20% de NH Hotetes. Ejemplos todos ellos enumerados por Javier Flores, de ASINVER, que insta a que estos inversores encuentren en España las condiciones e incentivos para llevar a cabo también inversiones productivas a largo plazo, porque “España necesita inversores, no pelotazos”. De momento estos “pelotazos” son difíciles de cuantificar, porque está por ver el grado de retorno que reciben estos intrépidos cazadores de gangas y si consiguen que la economía real también gane algo. Lo que sí es ya una realidad es que España está en venta.

M.G./S.C.