El presidente Hugo Chávez, que afirma liderar una revolución socialista en favor de los pobres, ha nacionalizado grandes compañías controladas por grupos extranjeros y este año continuó con las expropiaciones pese a la abrupta caída de los precios del crudo, afectados por la crisis económica global.

El mandatario aseguró que el viernes 22 de mayo "debe estarse firmando un documento ya global" con el grupo financiero español para que el Estado asuma las operaciones del Banco de Venezuela, uno de los más importantes y con más sucursales del país socio de la OPEP.


"Aquí está toda una propuesta estratégica para que ese banco ahora se convierta en banco del Estado para darle más fuerza a Venezuela y al desarrollo de la economía nacional", dijo en un consejo de ministros.

Horas después, el ministro de Finanzas anunció la intervención del principal banco estatal por "algunos problemas de cierta severidad", designando una junta interventora que pasará a gestionar la entidad, a través de la cuál se tramita el grueso de las operaciones del Estado.

"El Banco Industrial de Venezuela cuenta con completo respaldo del Estado venezolano. Se va a hacer todo lo posible para garantizar (...) que ese banco sea una herramienta eficaz para los objetivos que se ha trazado el Estado venezolano", dijo el ministro Alí Rodríguez a la televisión estatal.

El Gobierno y el propio banco -que ha sido recapitalizado en varias oportunidades- habían desmentido en días recientes reportes de prensa que señalaban problemas en la entidad y apuntaban a una eventual fusión con otro banco estatal.

COMPRAS EN CRISIS


Chávez suele jactarse de que la crisis financiera global no ha afectado a Venezuela pese a la sensible caída los vitales ingresos petroleros, que cubren el 50 por ciento del gasto presupuestario, y asegura que "nada ni nadie" detendrá su avance hacia el socialismo.

Tras ganar en febrero un referendo que le permite postularse a la presidencia cuantas veces quiera, el militar retirado está acelerando su proyecto para dotar al Estado de mayor poder económico en detrimento del sector privado.

Pese a contar con menores recursos, el mandatario ordenó recientemente la nacionalización de decenas de compañías de servicios petroleros, miles de hectáreas en manos privadas y plantas procesadoras de alimentos.

Este mes, Venezuela logró un acuerdo con el consorcio internacional Ternium (TX.N) para hacerse con la mayoría accionaria de Sidor, la mayor siderúrgica de la región andina, por 1.970 millones de dólares, monto que será abonado en varios tramos y sujeto a la fluctuación de los precios del crudo.

Analistas creen que ante la falta de liquidez, el Gobierno podría llegar a un pacto similar con Santander, luego de que el propio mandatario dijera que el precio inicialmente previsto -y que nunca ha mencionado- debe ser modificado como consecuencia de la crisis.