El Banco Central Europeo ha hecho oficial ya la subida de tipos prevista por el consenso del mercado y en la medida que los expertos manejaban, 25 puntos básicos. Según Fernando Encinar, jefe de estudios de idealista.com “lo importante no es la subida de tipos –que lo es y tendrá un fuerte impacto en el sector inmobiliario y puede acelerar las caída de precio- sino el cambio en la estrategia del BCE: se acabaron los tipos bajos y podemos estar frente al inicio de una tendencia alcista.

Esta subida entrará en vigor partir de la operación que se liquidará el 13 de abril de 2011.
 
Además Morgan Stanley ya avisa de algo que no nos llega de sorpresa y es que la economía española se va a ralentizar debido a esta medida y las siguientes subidas.

En cuanto al tipo de interés aplicable a la facilidad marginal de crédito se incrementará en 25 puntos básicos hasta situarse en el 2,00%, con efectos a partir del 13 de abril de 2011.
 
A pesar de que muchos expertos consideran que la subida de tipos por parte del BCE es una mala noticia, ya no sólo para España, si no para los países que han tenido que ser rescatados ya, como Irlanda, Grecia o el propio Portugal, Jean Claude Trichet ha asegurado que al final, “de manera directa o indirecta, todos los países de la zona euro se verán beneficiados de esta medida”.
 
El máximo mandatario ha asegurado que “han hecho lo que tenían que hacer” porque a parte de casos “particulares” ellos tienen la responsabilidad de mantener los precios para el conjunto de los 27 países que conforman la Eurozona. Tan claro se ve desde la entidad central que la decisión se ha tomado por unanimidad.
 
“Lo que hemos hecho es lo que consideramos mejor para el conjunto de Europa”, ha señalado. 
 
En el plano macroeconómico, el máximo mandatario de la entidad ha subrayado que “hay gobiernos que deben corregir sus políticas económicas en general y su política fiscal en particular”
 
Trichet ha aprovechado la ocasión para recordar a las entidades financieras cual es su función; y es que según el presidente las entidades deben “hacer lo necesario y hacer su trabajo que no es otro que financiar la economía”.