Los analistas internacionales parecen estar más pendientes de los términos lingüísticos que utilice Jean-Claude Trichet que del propio repunte de un cuarto de punto de los tipos dentro de la eurozona. 17 países a los que esta decisión les influye directamente pero donde la horquilla va desde Alemania, para la que esta subida podría saber a poco, a la periferia europea, con unos preocupados por pagar su rescate, otros indecisos pidiendo dinero (que no ‘ser ayudados’) y los últimos, los españoles, en plena lucha por la diferenciación respecto a nuestros vecinos.


Primera hipótesis: 0,25% arriba, lo previsible
Es lo que ya está descontado en el mercado y para muestra tres botones: euríbor, euro y el bono alemán. El principal indicador para las hipotecas españolas ha repuntado hasta 24,5 puntos básicos desde el pasado 3 de marzo, colocándose en el 2,025%. Su referencia en pequeño, el euríbor a tres meses, lo ha hecho en 16,4 puntos básicos, escalando hasta el 1,262%.

Con este escenario, Daniel Pingarrón, analista de IG Markets, recomienda operar sobre el euríbor a través de CFDs. En su caso, Pingarrón habla de “los futuros del euríbor a tres meses."




En cuanto a la moneda única, la apreciación del euro frente al dólar, e incluso frente al yen, sigue su rumbo. El euro/dólar ha repuntado un 2,2% desde hace poco más de un mes y se coloca en el 1,419 al cambio. La explicación de todo esto, según Eduardo Vicho, de M&M Capital Markets EAFI, es que “el mercado está descontando como si la FED tuviera que volver a inyectar dinero en él y eso es lo que está penalizando al dólar y fortaleciendo al euro”.




Y qué decir del bono alemán, ínfimo le puede parecer a nuestra locomotora el anuncio de Trichet en un momento en el que roza el pleno empleo y los indicadores le acompañan. Al amparo de la subida de tipos, el bono alemán ha mejorado su rendimiento –en el mismo período- del 3,23% al 3,36% de esta semana de abril.


Segunda hipótesis: mantenimiento de tipos en el 1%
Es una opción que no se descarta por los analistas puesto que son algunos los que retrasan la subida de tipos de interés hasta la próxima reunión del Banco Central Europeo del mes de mayo. Esto daría alas a las economías periféricas para las que un repunte del 0,25% no haría sino ahogar sus balances y retrasar su recuperación. Javier Flores, analista de Dracon Partners EAFI, cree que sería “positivo para las bolsas”, además, “el euro podría corregir y volver a niveles de 1,40 USD.”




El hecho de que los analistas prácticamente vaticinen el anuncio del 0,25% arriba del señor Trichet, no significa ni que entiendan esta decisión ni que crean en sus beneficios a posteriori. Mientras la directora general de Dracon Partners, Sara Pérez Frutos, habla de “un error” que podría costar caro a nuestras economías, analistas como Miguel Méndez, de Hanseatic Brokerhouse, aseguran que esta subida actuaría “como un corte de digestión en los países periféricos en los que los desajustes son más profundos y se requieren medidas más restrictivas que en el resto de la Unión Europea.”


Tercera hipótesis: subida del 0,5%, la más improbable
Costaría algún quebradero de cabeza. Nadie la contempla, al menos, a corto plazo. Sería perjudicial para los mercados periféricos e innecesaria para controlar una inflación que no proviene de la propia UE, sino que se debe a causas exógenas. Soledad Pellón, de IG Markets, considera que “la mayor parte de la inflación que estamos viendo en Europa la estamos importando del exterior por los precios del petróleo y esto es una cosa que, con una subida de tipos, no se va a paliar. En términos de crecimiento, afectará a los países que lo están haciendo peor y no es una solución final para la subida de la inflación”.

Además, tendría repercusión en las bolsas puesto que es una decisión que no está descontada. Daniel Pingarrón pronostica para este caso “una reacción contundente. No sólo no estaría descontada la mitad de esta subida, sino que, además, pondría énfasis en el cambio de política del BCE a largo plazo.”




Rumbo al 1,75% a final de año
Es algo que nadie discute. Si las especulaciones sobre este jueves se suceden, los analistas coinciden en que Jean Claude Trichet subirá los tipos de interés en un punto porcentual de cara a abril del año que viene, salvo catástrofe inesperada.

Tanto es así que a estas horas hay quien se centra más en el discurso del BCE que en la medida en sí. En unas horas, Trichet “dejará entrever cuando se producirá la siguiente subida, en caso de que con ésta no quede satisfecho en su lucha contra la inflación. Si el discurso de Trichet es duro, sí que puede haber una reacción del euríbor, euro, bonos y valores bancarios principalmente”, apunta Pingarrón.

Ahora bien, “el BCE tiene que sopesar el problema que supone para los países que crecemos poco frente a aquellos que están creciendo mucho”, como señala Álvaro Blasco, director de Atlas Capital. De cara al largo plazo, Miguel Méndez pronostica “una política monetaria más restrictiva” lo que haría volver “el dinero a la renta fija que otorgaría la posibilidad de obtener rentabilidades muy interesantes sin riesgo y habría que alejarse u olvidar por un tiempo la renta variable.”

Así pues, con esta perspectiva alcista sí o sí de los tipos de interés en la eurozona, ¿dónde dirigir la inversión?




En todo caso, con el índice bursátil en el que los bancos representan un mayor peso, la subida de tipos repercutirá y mucho, aunque sólo sea en el coste de los créditos para España. De la decisión del Banco Central Europeo dependerá la posición que adopten los bancos centrales de Japón e Inglaterra, también con reunión prevista para hoy. Lejos queda ya la Reserva Federal que de la mano de Bernanke se desmarcó hablando de “una inflación coyuntural” y, por tanto, caduca para el mercado americano, mientras, el BCE se rasga las vestiduras por unos precios al 2,6%, la mitad que los de China y para la que subir –por cuarta vez- tipos hasta el 6,31% no supone esfuerzo alguno. Nada de borradores improvisados esta tarde; más le vale al señor Trichet ensayar bien su discurso que el apuntador viene con la tinta cargada.