Agregó que la reafirmación de ese compromiso "sigue siendo clave" para que el país latinoamericano proteja la reciente mejoría en sus principales indicadores y recupere una trayectoria de crecimiento sostenible cuando la economía mundial se estabilice.

La agencia calificadora prevé que la sólida popularidad del presidente Luiz Inácio Lula da Silva "probablemente facilitará" la aplicación de una política que afronte importantes desafíos económicos este año.


Briozzo considera sin embargo que los "desafíos continuarán en 2010", un año de elecciones presidenciales en Brasil, "mientras la economía se recupera solo de manera gradual".

S&P señaló también que la actividad económica en Brasil se ha visto afectada de manera significativa por la inestabilidad financiera mundial y, en consecuencia, las previsiones de crecimiento para este año se han revisado a la baja.

"Esperamos que el Producto Interior Bruto (PIB) de Brasil descienda alrededor de un 1% en 2009, comparado con un avance del 5,1% en 2008", pronosticó el experto.

Además, prevé que el déficit gubernamental alcance el 3% del PIB este año, comparado con el del 2,1% del 2008.

Según Briozzo, el nivel relativamente alto de deuda del Gobierno y los altos intereses "siguen siendo puntos débiles importantes" para las calificaciones de Brasil.

"Esos dos factores exigirán responsabilidad fiscal durante el medio plazo", agregó el experto.

Respecto del panorama estable que atribuye a las calificaciones, la agencia señala que es reflejo "del mayor grado de flexibilidad macroeconómica" que Brasil ha acumulado en los últimos cinco años, en particular en el ámbito externo, para hacer frente a los crecientes desafíos de la crisis internacional y a sus efectos en la economía local.

No obstante, añade S&P, dada la vulnerabilidad de Brasil sobre todo en el ámbito fiscal, "un fuerte compromiso con políticas macroeconómicas prudentes es fundamental para contener cualquier empeoramiento de la calidad crediticia" del país.