Con la rebaja de hoy, los tipos de interés en la Zona Euro se colocan en el 3,25 por ciento, su nivel más bajo en dos años. Y hay consenso a la hora de entender que el BCE ahondará en su política de flexibilización monetaria incluso antes de que termine el año. Le costó, pero el cambio de discurso de Jean Claude Trichet ha cambiado y, según los expertos, ahora sí pesará en sus decisiones la amenaza -o casi constatación- de recesión en las economías europeas, ante el aparente control que han mostrados los últimos datos de inflación. Sin ir más lejos, la última cifra de IPC interanual de la Zona Euro –en datos preliminares- ha bajado 4 décimas en Octubre hasta el 3,2 por ciento. Se trata de su cota más baja desde el mes de enero, pero todavía se aleja mucho del nivel que el BCE considera adecuado para mantener la estabilidad de precios: el 2 por ciento
Desde
IG Markets colocan los tipos en la Eurozona en el 2,5 por ciento en el segundo trimestre de 2009, mientras que Citigroup va más allá al augurar que las tasas se situarán en el 2 por ciento o incluso por debajo a mediados del año que viene. Niveles que justifican por “las sombrías perspectivas para la economía” y por esa mencionada caída sustancial que se aprecia en la inflación. Además, creen que un recorte de tal calado y rapidez en los tiempos económicos que corren no sería algo inusual si se establece una comparativa con las actuaciones del Bundesbank.
La rebaja de este jueves ya estaba descontada por los mercados, según Mariano Sancho, director de mercados de Riva y García, así que el quid de la cuestión está en ver si veremos una continuación y cuándo. Porque si hablamos de margen Eduardo Antón, analista de fondos de Inversis Banco, tiene claro que el BCE lo tiene, y bastante. De hecho, Citigroup constata que “aunque los tipos a tres meses del Euríbor mantienen su descenso en los últimos días, la brecha respecto a los tipos oficiales es todavía demasiado alta”. De ahí que sea partidario de que el BCE actúe con contundencia. Y es que las tensiones del interbancario y los problemas de liquidez siguen poniendo contra las cuerdas al sistema financiero.
El BCE… sigue la línea marcada
Unos tipos de interés más bajos abaratan el crédito a las empresas y a los consumidores y contribuyen de este modo a impulsar la reactivación económica. Y en eso está ahora la entidad presidida por Jean Claude Trichet. La rebaja de hoy es una más en la estrategia de “dinero más barato” que están poniendo en marcha los Bancos Centrales de varios países en un intento por moderar los daños provocados por la peor crisis financiera en 80 años. Desde la acción conjunta del 8 de Septiembre, en la que la FED y las máximas entidades monetarias de Reino Unido, Suiza, Suecia, BCE, Canadá e incluso China acordaron una rebaja del precio del dinero, se han sucedido más medidas de este tipo. Desde entonces hemos visto nuevas reducciones en EE.UU –hasta el 1 por ciento- y en China –hasta el 6,66 por ciento- y hemos vivido recortes de tipos en Australia, Corea del Sur e incluso en Japón, donde no ocurría algo así desde hacía siete años y donde el dinero se presta ya al 0,30 por ciento. Y cómo no en el Reino Unido, donde el Banco de Inglaterra ha actuado hoy mismo con contundencia: ha reducido los tipos de interés en el país en 150 puntos básicos y los ha dejado en el 3 por ciento.
Pues bien, en EE.UU., los tipos ya están en ese 1 por ciento con el que el ex presidente Alan Greenspan combatió la crisis que se originó al explotar la burbuja de las puntocom. Y el próximo 16 de Diciembre, el Comité de Mercados Abiertos de la FED, tiene una nueva cita donde podría reducir de nuevo el precio del dinero. Desde luego, los analistas tienen claro que la probabilidad de que la Reserva Federal llegue a la frontera con el cero es la más grande desde la Gran Depresión. Y según Alastair Seymour, director de Henderson para España, Portugal e Iberoamérica, “aunque sea poco habitual, no es descabellado que una economía desarrollada como la estadounidense tenga los tipos a ese nivel”. Recuerda que Japón ha tenido los tipos en cero durante bastante tiempo y que Suiza los tuvo en niveles muy bajos en los años 70 y en los 80. Pero ¿qué pasaría entonces?
Los tipos en EE.UU. se encaminan a niveles cero…
A voz de pronto, lo inmediato es pensar que el organismo presidido por Ben Bernanke se quedaría casi sin munición en su principal arma para estimular la actividad de la economía. De modo que, llegado el caso, tendría que echar mano de vías como inyectar liquidez directamente a los bancos para estimular la demanda y confiar además en un paquete de impulso fiscal por parte del gobierno con idéntico objetivo. Y…¿realmente serían eficaces nuevas bajadas en EE.UU.?
Desde luego, y salvadas todas las distancias, el caso de Japón no invita al optimismo. El crecimiento nipón sigue frágil pese a contar con tipos cercanos al cero por ciento desde que en los 80 estallara la burbuja inmobiliaria nipona. Pero Seymour tiene claro que sí, que perforar a la baja la actual tasa del precio del dinero en el 1 por ciento sería positivo para la primea potencia económica mundial. Y lo justifica al recordar que “el gran problema hasta el momento ha sido que el mercado crediticio ha estado cerrado”: las entidades no se prestaban dinero unas otras y cuando lo hacían –asegura- “lo hacían a tipos desorbitados comparados con los tipos oficiales”. En este sentido señala que “hemos llegado a ver diferenciales de 300 puntos básicos entre los tipos oficiales y el Libor a tres meses”. Así las cosas, este experto considera que “cualquier medida que ayude a desbloquear el mercado interbancario que aún existe será bienvenida” y que “sus ventajas exceden con diferencia a los riesgos”.
Pero ¡ojo! porque una política monetaria expansiva “nos trae recuerdos complejos, ya que ha sido un poco el detonante de que estemos en una crisis como la actual”, recuerda Ana Ariza, analista de Foncava Bolsa. De ahí que piense que “la economía estadounidense debería reactivarse más con incentivos fiscales y con ayudas directas al consumidor de a pie” y no tanto por la política monetaria. Una política que considera efectiva cuanto hay margen –como ocurre en Europa- y cuando las bajadas de tipos son drásticas porque entonces el mercado “sí podría tener cierto alivio momentáneo y también el bolsillo de los consumidores”.
Además, tampoco hay que olvidar que los fondos monetarios estadounidenses –que invierten en deuda pública a corto plazo- ya lo están teniendo complicado para cubrir costes y ofrecer rentabilidades positivas, constata Eduardo Antón, analista de fondos de Inversis Banco. Muchas gestoras están incluso optando por suprimir comisiones, concientes de que una masiva retirada de estos fondos podría traer consigo nuevas turbulencias en los mercados. Ahí es nada.

