Excluyendo los resultados extraordinarios cosechados en 2016, el crecimiento del resultado neto es del 32%.

La cifra de ventas de Sacyr se colocó en 3.092,6 millones de euros, el 8,1% más que el año pasado. 

El EBITDA de la empresa se situó en 422,6 millones de euros el año pasado, lo que implica un crecimiento del 17,5%. La mejora, explican en Sacyr “es resultado de la estrategia de la compañía, que pone el foco en la rentabilidad y la generación de caja de los proyectos y que tiene un estricto sistema de gestión de los riesgos y control de los costes”.

Durante el año pasado todas las áreas de negocio registraron un significativo aumento del EBITDA durante 2017: Industrial, el 14,5%; Concesiones, el 12,1%; Servicios, el 9,6%; y Construcción, el 60%. El incremento de esta última área se explica por la mayor actividad del último trimestre del año y por la aportación de la autopista italiana Pedemontana-Veneta. 

En opinión de la compañía, las cuentas “ponen de manifiesto el enfoque internacional de Sacyr: el 58% de la cifra de negocios y el 73% de la cartera están fuera de España”.

La cartera crece el 58%

La cartera de ingresos futuros cerró el año en 41.001 millones de euros, lo que representa un aumento del 58% (15.045 millones) respecto del cierre de 2016. Este gran incremento registrado en 2017 se debe al éxito en la adjudicación de proyectos en países como Colombia, México, Paraguay o Australia y a la incorporación a la cartera de la concesión Pedemontana-Véneta en Italia por un importe cercano a los 12.000 millones de euros. 

Reducción de la deuda

La deuda financiera del grupo cerró el ejercicio en 3.421 millones de euros, el 8,2% menos que a finales de 2016.

Sacyr ha conseguido esta reducción gracias, entre otras cosas, por la eliminación de los riesgos asociados a la participación en Repsol a través de una operación derivados sobre 72,7 millones de acciones de Repsol (60% de la participación de Sacyr). Con esta operación se completó el proceso iniciado en la segunda mitad de 2016 al contratar dos operaciones de derivados sobre el 40% de la participación en Repsol.

Esta operación ha permitido cancelar la deuda de 769 millones de euros ligada a la participación en la petrolera y liberar las garantías asociadas al préstamo.

Sacyr se beneficiará de los dividendos distribuidos por Repsol, que no tendrá que destinarlos al servicio de la deuda, y elimina riesgo de variación de la cotización de Repsol por debajo de cierto umbral. Además, la estructura de este último derivado permite beneficiarse de la totalidad del potencial de subida de cotización de las acciones.