La reacción ha sido tibia porque todo el mundo sabía lo que los políticos escondían o no eran capaces de reconducir. Económicamente hemos hecho el ridículo más espantoso escondiendo nuestra debilidad rampante y han fracasado esta pléyade de financieros que bailan al son del político de turno. Lo malo de todo esto para los ciudadanos de a pie es que nadie de los que se han embolsado cifras millonarias por el desastre de gestión realizada pasara por la cárcel ni devolverá aunque sea una mínima parte de lo robado. Pagaremos con nuestros impuestos, digan lo que digan, el desfalco realizado por esa pléyade de financieros sin sentido.


¿De verdad a alguien le sorprende esta situación de rescate?¿por qué hemos esperado tanto sabiendo que era irreversible la situación?. Los estamentos políticos que dirigen nuestra política económica no han querido enfrentarse con la situación que todos desde fuera conocían y nosotros tratábamos de engañarnos, no reconociendo nuestra enfermedad
. Hemos pasado de tener la mejor banca del mundo a ser unos apestados financieros. Hemos pasado de querer desnudarnos poco a poco (mostrar nuestras vergüenzas ) a hacer un desnudo integral, a la vista de todos y rápidamente. Seguimos siendo los mismos pícaros de siglos pasados.
Dentro del mal menor, la operación - como todas las operaciones de crédito - tiene sus condicionantes. Es decir, la operación te la autorizan pero no para que hagas tu con el dinero prestado lo que quieras si no que te fiscalizarán las condiciones de entrega para que esta liquidez vaya donde todos pensamos que debe ir, a la encomia productiva. No dejemos que los bancos sean tan listos y se lleven la liquidez del BCE y además la liquidez del préstamo para con ello solucionar sus andanzas y dejar a todos con dos palmos de narices. Que los hombres de negro vengan y fiscalicen lo que nos presten porque nuestros banqueros, que ya sabemos de lo que son capaces, dejen de llevarse los beneficios y socializar las perdidas.

La situación es desesperante. Los intereses de la deuda de nuestro país nos cuestan cada año cerca de 37.000 millones de euros, mucho más de lo que pagamos por las prestaciones del paro. Nuestro endeudamiento supera el 300% del PIB, sin contar los intereses de este último préstamo y dudo yo que estas cifras sean reales porque nadie hasta la fecha dice la verdad. Un país que paga estos intereses no puede tener una economía racional y estable, está como estamos, al borde del precipicio: con una masa social sin trabajo y difícil de digerir. Nosotros solos nos hemos metido en esta situación.

Lo medios económicos extranjeros se extrañan de que no aparezcan las responsabilidades societarias y penales por malversación de fondos por ningún sitio, se extrañan de que el Estado no esté personado como acusación particular en casos como el de Bankia, Banco de Valencia, Cataluña Caixa etc., porque debemos tener presente que las acciones de la fiscalía se deben a la presión popular, no han surgido por propia voluntad de perseguir el delito. De ahí la tardanza en ejercitar las acciones- ¿Se imaginan que estas acciones ocurrieran en EEUU? ¿Cuántas personas estarían pagando sus penas en la cárcel? Tendríamos un overbooking carcelario en plan financiero.
La buena gestión ha brillado por su ausencia. Da vergüenza ver el desfile de los miembros de la comisión de control y del consejo de administración de la CAM por las Cortes Valencianas. Las respuestas siempre son las mismas: “nadie tenía conocimientos para entender las cuentas”, “nadie sabía nada de lo que se estaba haciendo” pero, para sorpresa de todos , estas declaraciones las realizan desde personas que se dedican al mundo de la danza responsablemente hasta el Catedrático de Economía Sr. Sevilla, o el enojado empresario novéldense . PERO ¿EN MANOS DE QUIEN ESTABAN ESTAS ENTIDADES? Es sencillamente de vergüenza.

Espero que no nos puedan vender la siguiente hazaña, porque dentro de unos años ya nadie se acordará de lo ocurrido, como no se acuerdan ahora de las hazañas del Consejero Delegado del Santander actualmente ejerciendo su profesión por un indulto del gobierno “in extremis”. No sale a la palestra por que se teme lo peor, el escarnio público en la prensa.

Rafael Montava Molina
Consultor Financiero Empresarial
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