Así visto debería de algún modo ser significativo que el Dow Jones haya rebasado sus máximos históricos durante la pasada semana y que el S&P 500 esté a las puertas de hacer lo propio con su propio récord
. Todo ello con las empresas estadounidenses presentando resultados un 19% (antes de impuestos) por encima de su pico anterior al inicio de la crisis, lo que en principio parece coherente con la expectativa que recogen los índices bursátiles en los que están representadas.
Vamos a aprovechar esta oportunidad que nos brinda el mercado para recapitular sobre la relación entre el ciclo económico y el mercado de valores, pues la historia nos muestra insistentemente que el mercado es el mejor y más rápido agregador de toda la información económica y no económica disponible.
Desde 1.945 el índice S&P 500 ha venido sistemáticamente adelantando con sus máximos siempre que ha formado un techo la entrada en recesión de la economía con un promedio de cinco meses de antelación. Así mientras que la entrada en recesión de la economía tarda meses en hacerse oficial y reflejarse en los datos oficiales definitivos, la bolsa lo anticipa. También en sentido contrario: en el mismo periodo de tiempo el índice S&P 500 ha anticipado con una vuelta en sus mínimos en un promedio de tres meses la salida de la recesión.
En el ciclo más reciente, el S&P 500 alcanzó su punto más bajo en marzo de 2009 y la recuperación económica se inició en junio. En el momento actual el mercado está registrando máximos sin que de momento conformen un techo, situación que de producirse que adelantaría recesión hacia la segunda mitad del año, lo que en este momento es más un signo positivo que la advertencia de una inminente recesión en la economía recientes aún no están picos. A menudo ha sido el caso que en la ruptura por encima de un máximo anterior, el mercado sigue subiendo durante varios años (por ejemplo en los períodos 1982 - 1987 y 1989 - 2000). Uno de los efectos de las subidas continuas del mercado es la sensación de creación de riqueza entre los consumidores norteamericanos.
La duración del ciclo también aporta algo de información. La economía de Estados Unidos entró en la actual fase de expansión en junio de 2.009, hace 45 meses (parece increíble pero sí, ya llevamos 45 meses en expansión, mejor o peor pero expansión al fin y al cabo), un lapso durante el cual la preocupación por una recaída en recesión ha sido una constante teniendo en cuenta lo frágil del crecimiento y lo pobre de sus cifras (un promedio anualizado del 2,2%). Situación que no llegó a producirse en aquellos momentos de mayor debilidad (mediados de 2011 y mediados de 2012) gracias a las oportunas dosis de QE y Twist, verdaderas herramientas que han evitado la recaída en recesión y permitido 45 meses de expansión. Así 2012 terminó en positivo para la economía norteamericana (un escaso crecimiento del 1,3%) y aunque 2.013 ha comenzado también con ciertas dudas lo cierto es que el resto del año se presenta bastante mejor, brillante incluso si asumimos que el debate fiscal en Estados Unidos ha perdido todo su poder intimidatorio.
La pregunta que se plantea ahora, teniendo en cuenta todo lo anterior es la de la madurez de la actual fase de expansión, ya que la duración de las fases expansivas en la economía no es infinita y llegara el día en el que el ciclo comenzará a decaer... ¿Cuánto le queda entonces de vida al actual ciclo expansivo? Los 45 meses que de momento tiene de duración el actual ciclo se sitúa muy por debajo de lo que se observó entre 1983 y 2007, con una media próxima a los 100 meses; y muy próxima a la media observada en el período 1945 - 1983, que se sitúa en 50 meses para los ciclos expansivos.
Vale la pena reflexionar sobre las referencias anteriores en cuanto a la duración de los ciclos expansivos de la economía y lo que nos dicen los nuevos máximos en las bolsas estadounidenses si éstos no se convierten en vueltas de mercado...