Uno incluso busca argumentos que van en la dirección que ha elegido, ignorando muchas veces señales que van en su contra. En los mercados no se trata de tener razón. No se trata de tener argumentos más sólidos que los demás. Al mercado le da igual quién tiene razón. De hecho el mercado en muchas ocasiones no tiene lógica. Incluso uno puede tener razón, pero perder mucho dinero en el camino. Un inversor que se hubiera puesto corto sobre el Nasdaq a mitad de los 90 con el argumento de que las valoraciones de las puntocom eran un despropósito hubiera estado en lo cierto, pero habría perdido hasta la camisa.

Cuando uno aborda los mercados desde la óptica del trading, tiene que partir con la premisa de que la posición que ha tomado puede estar equivocada. Equivocarse forma parte de las reglas del juego. Es muy importante admitirlo. No hay nada malo en reconocer sus errores. Pero cuanto antes, mejor. No pierda un segundo en intentar justificar una posición. Por supuesto es importante tener un stop loss, pero muchas veces y exagerando un poco diría que cuando una posición no se convierte rápidamente en ganadora intuyo que algo va mal, incluso antes de que toque el nivel de salida.
Tomemos el ejemplo del oro (es un ejemplo teórico para ilustrar este artículo… ya sé que algunos dirán que a toro pasado todo es fácil). Uno podría perfectamente haber tomado una posición larga en el día marcado por una flecha azul y con un stop de pérdida en el mínimo del día anterior (línea discontinua negra). El precio había conseguido en efecto rebotar sobre un nivel de soporte importante (línea discontinua azul). Pero tres días más tarde (flecha roja) el valor hizo un movimiento que tenía que haber puesto al especulador en alerta. No fue capaz de superar la media móvil de 10 sesiones y retrocedió con fuerza hasta el nivel de soporte. A partir de ahí el metal precioso hubiera podido rebotar y superar la media móvil y hubiera dado la razón al trader… pero lo más normal hubiese sido admitir el error y buscar otra oportunidad o por lo menos deshacer la mitad de la posición (aunque, personalmente, no me gusta demasiado esto último ya que supone admitir que uno está medio equivocado… lo cual es un poco extraño).

Nota: He mencionado la media móvil de 10 sesiones porque suelo utilizarla en mi sistema, pero aquí la señal de alarma la dio el propio precio (siempre es el precio) al indicarle al especulador que algo iba mal con la posición tomada.