Dicen que para pasar del cielo al infierno sólo es necesario un paso. El mismo que tendría que dar España para comenzar a contar con un “sí” rotundo en las perspectivas de los gestores. Y es que se reparten por igual las recomendaciones de “sobreponderar” y las de “infraponderar” en las carteras. Da igual que se hable de renta variable o renta fija. Un dibujo que contrasta con la última encuesta publicada durante el mes de agosto, donde las posiciones neutrales predominaban entre las recomendaciones.   Las recientes rebajas de calificación por parte de agencias como Moody´s, las dudas en torno a los principales bancos y la incertidumbre sobre si el Ibex 35 comenzará a navegar nuevamente sobre la senda de los 9.000 puntos, plantean una incertidumbre e indefinición en las previsiones de ambos activos para los próximos meses. Los expertos tienen claro que una solución drástica a los problemas devolverá la confianza a los inversores y - en consecuencia- a los mercados. En tanto que mientras las cosas sigan virando hacia el "
sí pero no", el entorno seguirá siendo negativo. Es el todo o el nada.



Dudas que quedan disipadas en otros mercados, a pesar de que todavía son muchas las variables que hay que despejar a nivel global. En Europa, la deuda gubernamental sigue dando que hablar, con un sector financiero que cada vez tiene más cerca la recapitalización como base para seguir creciendo y Grecia, que sigue dando quebraderos de cabeza sobre la posible quita –o no- de su deuda. Juan Luis Sevilla, asesor financiero de Profim EAFI reconoce que las medidas que deberían tomar en la Eurozona pasan por “dar solución al problema griego con quitas de deuda y un rescate que, avalado con la liquidez suficiente, se haga de manera ordenada para evitar el contagio a otras economías”. Todo ello habrá que hacerlo de manera contundente pues “cualquier medida de menor calado seguirá inyectando volatilidad a estas economías”. Con esas premisas sobre la mesa, los gestores siguen infraponderando los mercados de renta variable europeos y se mantienen neutrales en renta fija gubernamental. Desde el departamento de análisis de Inversis Banco admiten que “el riesgo y las dudas sobre el crecimiento pueden hacer que las Tires no se resientan en exceso, pero en este punto, con un escenario de tipos desde los bancos centrales claramente dibujados no creemos que haya valor ni en cortos y ni en largos plazos”.



Sin embargo, la renta fija corporativa se lleva los mayores aplausos. Los expertos coinciden en que las compañías han comenzado a repuntar desde el punto de vista de beneficios y desde 2007 han tomado medidas para adaptarse a la situación. Son estas compañías - las que tienen estructuras financieras saneadas y altos niveles de caja, que reduce los riesgos de impago- las que salen al mercado ofreciendo deuda corporativa. Una buena opción “si tenemos en cuenta que muchos de los gobiernos no han hecho los deberes y que el diferencial entre lo que paga una empresa y lo que abona un gobierno es bastante amplio, tenderá a ajustarse por lo menos en un 50%”, reconoce Patricia López, directora de cuentas de Schroders. El sector financiero, junto al consumo y teleco, son los que tienen mayor presencia en las carteras de estas gestoras.

Un dibujo que se traslada también a Estados Unidos. Aunque los gestores se mantienen algo más sobreponderados en renta variable, la renta fija corporativa se lleva las mayores ovaciones. Los expertos coinciden en que los resultados de las compañías son buenos en la parte de beneficios – aunque no tanto en la parte de ingresos y ventas- y toman forma compañías tecnológicas, de infraestructuras y ligadas a oro y metales preciosos. Algo que no extraña si se tiene en en cuenta que el gráfico del oro “sugiere que podría recuperar el terreno perdido desde los 1.900 dólares vistos este año”, reconoce Eduardo Faus, de Renta 4.



Renta fija gubernamental, sólo en emergentes

Si hay un sector en el que los expertos estén sobreponderados en emergentes, ese es el de la renta fija gubernamental. Los gestores tienen claro que el crecimiento de los países emergentes seguirá siendo bastante más favorable que el de economías desarrolladas, con niveles de deuda de familias empresas y gobiernos muy baja, incluso en algunos gobiernos prácticamente inexistentes sólo del 9-10% sobre PIB, como Rusia o Chile. Regiones en las que las ventas al por menor y créditos al consumo crecen por encima del 10% y en los que se ha iniciado un ciclo de expansión al crédito. En este escenario, no es de extrañar que sea precisamente el sector consumo y finanzas al que más exposición tienen los gestores.

Emergentes (ASIA/Latam). Pinche para ampliar










¿Y por regiones? En Asia, la renta variable se lleva el mismo porcentaje de votos tanto en la opción de sobreponderar como en neutral mientras que la renta fija de los estados tiene un claro ‘sobreponderar’ a sus espaldas. Un escenario que también de traslada a Latinoamérica. Desde el departamento de análisis de Inversis Banco reconocen que la duda principal en estas economías “está en la evolución de las divisas emergentes, muy negativa en las semanas recientes frente al dólar, acusando la aversión al riesgo”. Se trata de una categoría muy sensible a los flujos, lo que también se añade como inconveniente. Por esos “peros” reconocen una posición neutral. Sin embargo, en la región EMEA las perspectivas se mantienen más neutrales. Aquí también el sector de infraestructuras y consumo siguen siendo los más expuestos en las carteras de los gestores.

A la hora de hablar de renta variable, Japón es la ganadora indiscutible. La mayoría de los gestores optan por sobreponderar los mercados de valores nipones. La fuerte penalización que sufre el principal selectivo nipón – cede más del 15% en lo que va de año, frente al 12% del Ibex 35 o el 3% del S&P500- y el comportamiento de su principal divisa, el yen, hacen que los expertos vean más posibilidades de recuperación interna que externa en esta economía.






En la parte de renta fija, mayoría de posiciones infraponderados. El pasado verano la economía nipona asistió a una rebaja de calificación en su deuda - por parte de Moody´s- al señalar la creciente preocupación ante la posibilidad de que las políticas fiscales y económicas del Gobierno nipón no sean suficientes para reducir la deflación y contener el inexorable aumento de la deuda, que está por encima de los niveles de otras economías desarrolladas.  Una decisión por la que ya se había decantado Standards & Poors un mes antes, cuando rebajó hasta AA- la calificación de la deuda soberana por primera vez desde 2002.

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