El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, respondieron a una conferencia de prensa ofrecida por Obama y el primer ministro británico, Gordon Brown, con una aparición combativa por su cuenta, exigiendo una regulación internacional del sistema financiero mundial más estricta.

"Alemania y Francia hablarán con una sola voz", afirmó Sarkozy, y agregó: "Como señaló correctamente la canciller, demandamos resultados. Queremos resultados sólidos y rápidos. Enfrentamos una crisis muy significativa que ha causado mucho sufrimiento".  Sarkozy agregó: "La regulación no es simplemente una palabra, es un objetivo muy importante".

Aún se espera que la cumbre de los 20 mayores países industrializados y en vías de desarrollo -entre los que están México, Argentina y Brasil- logre algunos acuerdos significativos. Brown afirmó que los participantes prometerán US$100.000 millones "como mínimo absoluto" para financiar el comercio internacional, que se ha derrumbado de forma precipitada. En cuanto al estímulo económico, los miembros prometerán hacer lo que sea necesario, sin fijar objetivos.

Una declaración delineará principios más amplios para rediseñar el sistema regulatorio financiero global y controles a los paraísos fiscales, con el Fondo Monetario Internacional -cuya capacidad de otorgar préstamos sería ampliada- y un fortalecido Foro de la Estabilidad Financiera con poder para controlarlos.

La declaración también incluirá el establecimiento de los llamados colegios reguladores para ayudar a coordinar la supervisión de los mayores bancos del mundo, y un lenguaje fuerte contra el proteccionismo. También es probable que se mencionen los principios que se pueden utilizar para guiar a los bancos en el cálculo de las bonificaciones de su personal.

El resultado representa un paso adelante para resolver la crisis financiera -más que una solución en sí misma- y las divisiones entre los participantes eran difíciles de ocultar. "Tenemos por delante negociaciones complicadas", afirmó Brown a los periodistas. "No será fácil". Con la esperanza de desarmar a los estados miembros que buscaban un culpable, Obama aceptó cierta responsabilidad. "Si miran la fuente de la crisis, ciertamente Estados Unidos tiene algo de responsabilidad en cuanto a un sistema regulatorio que era inadecuado", dijo Obama durante su conferencia de prensa conjunta con Brown.

Sin embargo, a pesar de que el presidente estadounidense pareció darse por vencido ante la idea de que otros países anunciaran grandes paquetes de estímulo para impulsar el crecimiento, advirtió que el mundo no puede depender de Estados Unidos para alimentar el crecimiento mundial. Es poco probable que regrese el apetito voraz de los consumidores estadounidenses que alimentó los años de auge, incluso luego de que el mundo se recupere de la recesión, señaló Obama. "Si va a haber un crecimiento renovado, Estados Unidos no puede ser el único motor, todos tendrán que acoplarse al ritmo", dijo.

A la vez, Obama les pidió a los consumidores estadounidenses que no reduzcan su gasto al punto de poner en riesgo la recuperación. "No arruinemos el futuro por miedo al presente... creo que ese es el mensaje más importante que podemos enviar no sólo a Estados Unidos sino a todo el mundo", afirmó el mandatario.

Una reunión con el presidente de China, Hu Jintao, fue descrita como "corporativa" por miembros de la Casa Blanca, quienes agregaron que el tema más sensible (la sugerencia de Beijing de que una nueva moneda global reemplace al dólar) no fue tocado durante la conversación. Hu invitó a Obama a China, una visita que el primer mandatario estadounidense tiene programada para el segundo semestre de este año.

El tema más urgente sigue siendo la alianza franco-alemana que continuó complicando los llamados a la unidad en el G-20. Sarkozy y Merkel ofrecieron una conferencia de prensa basada en la idea de que esta reunión del G-20 no hará lo suficiente para resolver los problemas financieros globales.

Ambos líderes pidieron que se establezca una nueva estructura reguladora que imponga reglas más duras para bancos y fondos de cobertura. Los intentos de estímulo son una buena forma de revitalizar la economía global, afirmó Sarkozy, pero la regulación debe mejorarse.