El dispositivo de Nintendo
se convierte en el primer dispositivo de videojuegos tridimensional. En Japón -cuyo lanzamiento se produjo antes del terremoto- vendió medio millón de ejemplares en apenas 10 días. Y hoy viernes aterrizaba en nuestro país, donde sus antecesoras, como Nintendo DS, vendieron en torno a los cinco millones. Aunque este lanzamiento viene a remediar las tendencias negativas para la marca que sufrió con el homebrew (software casero no oficial) y las copias ilegales con la antigua DS, ya que esta consola fue la que más ventas perdió el año pasado, un 15% según los datos proporcionados por la patronal aDeSe.

Ahora la 3DS contiene dispositivos de seguridad más fuertes y unas posibilidades que van más lejos de lo que ofrece una normal de videojuegos. El precio oficial es de 249 euros y en la presentación de la máquina en España -hace dos meses- se estimaba una distribución en torno a las 120.000 copias para nuestro mercado. Además, no hay previsión de escasez relacionada con el terremoto nipón, ya que se fabrican en China.

"La intención es que cada vez más gente sea usuaria de videojuegos. Pese a que el primer reclamo de Nintendo 3DS es un gran salto tecnológico, no deja de ser el medio. Lo importante siguen siendo los contenidos", explicaba Manuel Curdi, product manager de Nintendo 3DS en España.

La principal novedad tecnológica es su pantalla superior, que reproduce imágenes estereoscópicas (ofrece una sensación de profundidad sin el empleo de gafas u otros mecanismos) y herramientas como el Streetpass, una manera de comunicación inalámbrica entre videoconsolas encendidas que se encuentren en un espacio físico cercano.

Hoy la compañía cerró la jornada bursátil con una caída del 0,78% .