Merck, cuyo nombre y presidente, Richard Clarck, se mantendrán tras la fusión, ganó 7.808 millones de dólares en 2008, más del doble que en 2007 y, si todo sale según lo planeado, en 2011 habrá recortado en 3.500 millones de dólares su gastos anuales.

Una vez que haya concluido la operación, previsiblemente en el cuarto trimestre del año, la nueva Merck estará controlada en un 32% por los actuales accionistas de Schering-Plough.

En 2008 esa empresa ganó 1.795 millones de dólares y obtuvo el 70% de su facturación de fuera de Estados Unidos.

Según Clarck, con esta operación se crea "un líder mundial de asistencia sanitaria que marcará una diferencia significativa" en el futuro de la industria farmacéutica.

Además, es el paso más reciente de los dados por un sector que, sin verse especialmente perjudicado por la crisis económica, sí está sufriendo por la presión que supone la próxima espiración de patentes que protegen sus medicamentos de posibles copias durante años y les permiten rentabilizar sus inversiones en investigación.

Ese es el caso también de Merck, que por ejemplo en 2012 perderá la patente de Singulair, un medicamento para tratar el asma con el que obtiene unos 4.300 millones al año, cerca del 18% de sus ventas.

Hace seis semanas, la primera farmacéutica del mundo, Pfizer, abrió esa senda de fusiones cuando anunció la compra por 68.000 millones de dólares de Wyeth, una competidora algo menor que ella.

Además, la semana pasada Roche elevó hasta 40.000 millones de dólares (93 dólares por acción) su oferta para hacerse con el capital que aún no tiene de la biotecnológica Genentech, una de las firmas de biotecnología más antiguas y rentables del mundo.

El gigante suizo, que hasta entonces ofrecía 86,5 dólares por acción, elevó hasta 93 dólares su propuesta, aunque el Consejo de Genentech insistió en rechazarla, argumentando que la firma vale al menos 112 dólares por acción.

Poco después del cierre de la Bolsa de Nueva York, The Wall Street Journal aseguraba en su web que Genentech estaba a punto de aceptar la oferta de Roche de pagar 95 dólares por acción, lo que supondría unos 46.700 millones de dólares que permitirían al grupo suizo hacerse con el 44% de Genentech que aún no controla.

Las acciones de esta última subieron hoy en bolsa el 1,95%, hasta 92,63 dólares.

Los analistas coinciden en destacar que estos movimientos ponen de manifiesto que el farmacéutico es uno de los pocos sectores que tiene el privilegio de contar con financiación para acometer operaciones de tal magnitud pese a la crisis.

Antes de que la crisis se extendiera a otros sectores de la economía, los mercados crediticios fueron los primeros en resentirse por la falta de confianza entre instituciones financieras, lo que se tradujo en problemas para acceder al crédito en diferentes sectores.

En el caso de Merck, la operación contará con 8.500 millones de dólares suministrados por JPMorgan Chase.

Pese a que la fusión de Merck y Schering-Plough ha sido aprobada ya por los dos consejos de administración, los analistas coinciden en indicar que, dado el movimiento que está registrando en este sector, la oferta podría ser demasiado barata, lo que permitiría a otras firmas de la industria presentar alternativas más atractivas.

Se ha llegado a apuntar la posibilidad de que Johnson & Johnson ponga sobre la mesa una propuesta más suculenta por Schering-Plough, con la que tiene un acuerdo de colaboración multimillonario para comercializar Remicade, un medicamento contra la artritis.