El verano pasado debería haber sido el de la recuperación con mayúsculas, pero finalmente no pudo ser. La pandemia seguía azotando en modo incertidumbre en un contexto que después se desvaneció en pleno invierno con la llegada de ómicron a la que ha sucedido después la guerra de Rusia en Ucrania.
Acontecimientos que han servido para poner más palos en el camino de Meliá Hotels cuyas perspectivas, para este verano, parece que pueden romper, con el antecedente ya real de la Semana Santa, con los grandes problemas anteriores. Y es que, a pesar de la inflación, lo cierto es que el ahorro embalsado y sobre todo uno de los aspectos más importantes, el psicológico entre la población, con ganas de salir y de viajar, con tiempo de ocio más prolongado hace el resto.
Así vemos como en los últimos días, el presidente de la compañía Gabriel Escarrer se mostraba muy optimista con el panorama que se presenta en las vacaciones estivales, con cifras ya cercanas, muy cercanas a las acontecidas en 2019. La idea, además, es que la Semana Santa, se pueda ir prolongando hasta el verano, alargando la temporada.
Todo ello con las inclemencias y los cambios propios que se marcan ahora en el sector turístico: las reservas de última hora y la máxima flexibilidad a la hora de cancelar, que puede variar las expectativas, están sobre la mesa. Uno de los grandes riesgos es sin duda que el panorama empeore por alguno de sus flancos: desde la guerra hasta los niveles de inflación ya casi a doble dígito en España.
Eso sí reconocen desde la firma que es el sector premium, sin problemas con el precio, el que mejor se comporta. Y se está reflejando ya en su cotización. De hecho, tras la subida de ayer, propiciada por el apoyo de Berenberg, la mejora en el mes es del 8% con 9 de las 10 sesiones precedentes en positivo y un avance anual del 20,5% para el valor.
Lo mejor llegaba ayer con el apoyo de Berenberg que ha mejorado su recomendación sobre Meliá Hotels, con consejo de mantener y un precio objetivo que ya supera en su cotización los 7 euros desde los 6,10 anteriores al entender que los resultados caerán ligeramente por el efecto ómicron en el primer trimestre, pero que su gran presencia en el ámbito nacional, frente al impacto de sus competidores ayudará a la compañía. Como favorable destaca también la próxima venta de activos y la revalorización de la cartera del grupo, dice la firma germana.
Y de momento no hay más novedades sobre sus recomendaciones, de forma que su potencial alcanza una media del 10% desde sus niveles actuales, aunque la mejora del sector, que vemos en su cotización, podría animar a las firmas si se van cumpliendo las expectativas creadas con cifras sobre la mesa, como las que se examinarán ya, preSemana Santa eso sí, en los datos del primer trimestre con la publicación de sus resultados el próximo 11 de mayo.
Desde el punto de vista técnico nos encontramos con que Meliá Hotels “logra rebotar desde la zona de soporte comprendida en torno a los 5,538 / 5,242 euros por acción y vulnerar las medias móviles simples de medio y largo plazo, movimiento que, sin embargo, no es suficiente como para alterar el gran rango lateral. Para cambiar dicho sesgo lateral, la curva de precios debe ser capaz de resolver al alza la gran zona de resistencia que proyectamos a partir de los 7,46 / 7,275 euros por acción”, como indica el analista independiente Néstor Borrás.
Meliá Hotels en gráfico diario con Rango de amplitud medio en porcentaje, oscilador MACD y volumen de contratación
Mientras Meliá Hotels alcanza una puntuación total de 7 puntos de los 10 posibles para el valor en los indicadores técnicos que elabora Estrategias de Inversión, en modo consolidación con tendencia alcista, tanto a medio como a largo plazo, con momento total positivo, lento y rápido. El volumen de negocio, sin embargo, se muestra decreciente a medio y largo plazo mientras que la volatilidad es creciente en sus dos vertientes para Meliá Hotels.