El estreno de Mario Draghi al frente del BCE no ha podido ser en un momento de mayor incertidumbre, sobre todo en cuanto a la evolución de la economía griega y su posible secesión de la Zona Euro. A comienzos de la semana fue Papandreu el que lanzó un envite a los líderes europeos en forma referéndum popular, lo que ha puesto de nuevo en standby la ayuda de más de 8.000 millones de euros que Europa iba a inyectar a la economía griega a principios de mes. Javier Flores, analista independiente asegura que Draghi se encuentra con el desafío “de reconducir la crisis interna y el enfrentamiento con Alemania, que sacó a la luz la dimisión y declararaciones públicas de Jürgen Stark, recrudecido desde la decisión de Trichet de realizar compras de deuda periférica, dificultando, quizás incluso bloqueando, una política monetaria más flexible”.


Italia, no sólo un lugar de origen

La incertidumbre – o al menos el recelo - se agudiza si se piensa que el mandatario del BCE es originario de uno de los países que se encuentra en el epicentro de todas las tormentas de la crisis de deuda. Italia. Y es que, más que Grecia el foco de atención estará en la economía de Silvio Berlusconi y la nuestra, dos de los destinatarios de la compra de bonos lanzada por Jean Claude Trichet en uno de sus últimos mandatos. Y aunque las comparaciones, dicen, son odiosas, es este el primer punto al que tendrá que atender Draghi si quiere mantener contentos a los mercados. José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citigroup reconoce que “el mandatario italiano es más pragmático lo que significa tener que reconocer que estamos en una situación complicada que podría llevarle a bajar tipos de interés y poner más medidas estructurales de las que ha puesto Trichet”. William Davis, director de acciones europeas de Threadneedle y gestor del Theadneedle European Fund reconoce que “el Banco Central Europeo tendrá que anunciar un nuevo programa de liquidez para soportar el sistema financiero europeo a través de la intervención en el mercado secundario de deuda en una nueva redirección de su política para finalizar el credit crunch”.

Desde el departamento de análisis de Fidelity reconocen que Italia vuelve a ser protagonista “con una relación deuda-PIB que alcanza el 121%. Los líderes europeos han estado presionando intensamente a Berlusconi para que concrete medidas de austeridad – algunos de los que ha propuesto el mandatario italiano se centran en elevar la edad de jubilación y acelerar el programa de privatización de activos estatales-. Nicolás López, director de análisis de M&G Valores asegura que el tema de los diferenciales “de deuda es más preocupante porque nos coloca en unos niveles no sostenibles a largo plazo”. Se demuestra nuevamente que las cosas están cogidas con alfileres “y la clave estará en si el BCE realiza finalmente la compra de bonos”.


Fuente: Fidelity

Su principal mandato, el control de la inflación, a examen

Con estos datos, parece que los movimientos en torno a los tipos de interés pierden relevancia. Eso sí, no por mucho tiempo. El organismo que dirige Mario Draghi tiene que luchar contra una inflación creciente en la Eurozona, el pasado lunes el estimador del IPC del mes de octubre sorprendió con una inflación entorno al 3% cuando las perspectivas apuntaban a un recorte de una décima. Si se tiene en cuenta que su principal mandato es mantener la estabilidad de los precios, este repunte obstaculiza un inmediato recorte en el precio del dinero.


Evolución anual inflación. Fuente: Eurostat.

Los expertos reconocen que la lucha contra la inflación está muy arraigada en la institución por lo que el cambio de presidente no supondrá cambios significativos en la política monetaria. Luis Francisco Ruiz, analista de Estrategias de Inversión reconoce que “por intentar mantener la senda de su predecesor, y no dar un giro de 180º a la política de los últimos años, no bajará tipos pero en la rueda de prensa sí se posicionará hacia una bajada en el precio del dinero en el futuro o antes de final de año. La razón es sencilla: el evidente deterioro económico”. Hay poco margen para la especulación. Sin embargo, los expertos reconocen que en la próxima reunión de diciembre, o como máximo en enero, el mandatario de la entidad europea bajará tipos de interés “al menos entre 0.25 y 0.50 puntos básicos pero todo dependerá de cómo se resuelva el tema de Grecia pues en función de cómo se vaya desarrollando los acontecimientos políticos, veremos si se suceden nuevas decisiones económicas por parte del BCE o no”, admite Antonio Castilla, socio director de CGA Patrimonios.

Pero, ya que dicen que los mercados son máquinas de descontar expectativas, ¿qué es lo que descuenta el mercado de divisas? Esta semana la divisa comunitaria ha viajado desde los 1.40 hasta los 1.36 dólares, según las noticias iban apareciendo. Soledad Pellón, estratega de IG Markets admite que “si finalmente lo de Papandreu es un órdago podremos ver de nuevo un euro fuerte pero las cosas siguen complicadas en Europa, lo que podría hacernos ver un euro en la zona de 1.35 dólares”. Una visión que comparten en JP Morgan. Manuel Arroyo, director de análisis de JP Morgan AM reconoce que “si el BCE aplica una serie de rebajas, el dólar debería verse favorecido. De ahí que apostemos por dólares fuertes frente a euros y no descartaríamos incluso ver niveles e 1.30”.


Evolución histórica del euro frente al dólar. Fuente: Banco Central Europeo.

Como siempre, la solución a las 14:30 horas. 
(A las 13:45 horas, Mario Draghi anunciará la decisión sobre tipos de interés aunque no será hasta las 14:30 horas cuando se emita la rueda de prensa)