Los mercados siguen con un comportamiento totalmente descontrolado donde una misma noticia causa una verdadera sangría en las bolsas un día mientras que la semana siguiente pasa totalmente desapercibida. Actualmente tenemos dos frentes grandes abiertos que marcan el rumbo de los mercados. Los dos grandes frentes son por un lado las materias primas, que con su fuerte subida han animado también a la renta variable, y por otro los problemas de los países de la periferia, que actualmente son los que más volatilidad provocan.
 
En cuanto a las materias primas, parece claro que se están viendo muy influenciadas por un lado por el tipo de cambio del dólar y por otro por la política de Quantitative Easing de la Reserva Federal, aunque ambos están estrechamente relacionados. Hemos visto como la política monetaria de EEUU ha servido para estimular un cierto tipo de operativa muy concreta como es la del “carry trade” que no es más que financiarse en dólares, cuyo tipo de cambio es especialmente bajo, para mover ese capital en cualquier otro tipo de inversiones que muchas veces van a parar precisamente a las materias primas. 
 
Por otro lado, desde principios de año hemos visto un paulatino pero fuerte debilitamiento del dólar frente al Euro que ha servido para potenciar la inversión en materias primas al estar denominadas en esta divisa. Estas fuertes subidas podrían estar convirtiéndose en una burbuja en un sector, el de las materias primas, que se está viendo muy perjudicado por el fortalecimiento del dólar de los últimos días. Hoy, por ejemplo, hemos visto como la noticia de que la Asociación Internacional de la Energía bajaba sus previsiones de demanda para 2011, unido a ese reciente fortalecimiento del dólar, ha provocado descensos fuertes en el petróleo. Incluso la bolsa de futuros de Chicago ha comenzado a requerir mayores márgenes de garantía para los contratos de Oro y Plata ante la fuerte demanda existente para operar con estos dos metales.
 
Empezamos a ver un mercado sobrecomprado que se sustenta principalmente por ese dólar que continúa débil gracias a la política de inyecciones de liquidez de la Reserva Federal. Sin embargo, en junio finaliza el famoso QE2 con lo que es previsible que, coincidiendo con ese final, veamos un fortalecimiento del dólar unido a una bajada de las materias primas. Como en los mercado todo está correlacionado, no hay que olvidar la fuerte relación que hay entre la evolución de las materias primas y de los mercados de renta variable, con lo que podríamos ver descensos en bolsa coincidiendo con el final de esas medidas.
 
De lo que no hay duda es que EEUU no deja cabos sueltos y ha previsto lo que puede pasar después del QE2. Una prueba de ello es que, pese a ver una inflación creciente, ha decidido seguir manteniendo los tipos de interés en niveles cercanos a cero. Hoy(por ayer) mismo hemos conocido datos de IPC en España que queda en el 3,8% interanual, muy por encima del 2% ideal. Esta alta inflación que estamos viendo se debe principalmente a la subida del precio de las materias primas casi en su totalidad por lo que, si tras el QE2 se prevé una depreciación de las mismas, EEUU podrá seguir con tipos bajos estimulando de esa manera su economía y ganando competitividad frente a Europa, donde el BCE ya ha movido ficha con un primera de subida de tipos, que no se espera que sea la última del año, ahogando algunos mercados que aun no se están recuperando.
 
Aquí es donde entra el segundo gran foco, los problemas de los países periféricos. El afán por desmentir la preocupante situación de Grecia no pasa desapercibida ante los inversores, que cada vez dan menos credibilidad a las noticias que llegan sobre el país heleno. Por un lado tenemos una corriente que no concibe que Grecia no reestructure su deuda, y se pone en lo peor alegando incluso su salida del Euro. La otra corriente es mucho más positiva al respecto y no teme por las finanzas griegas. Lo que está claro es que la situación de Grecia es preocupante y prueba de ello es el esfuerzo tan importante que están haciendo EU y FMI en conjunto para poder buscar, tras el plan de rescate del año pasado, nuevas soluciones para evitar cualquier situación que haga saltar de nuevo las alarmas y atraiga a especuladores que pongan en peligro la estabilidad de países que se encuentran en el punto de mira como es ahora el caso de España. Esto sería dar un paso atrás y es por eso por lo que ese está intentando prolongar esa reestructuración de la deuda griega aunque, sobre el papel, no parece que Grecia vaya a poder evitar tomar medidas drásticas y menos endeudándose aun más con préstamos de la UE.