Kan ha llamado a la calma hoy al afirmar que la filtración de radiación no es una amenaza para la salud más allá de la zona de evacuación. Ha reconocido que los generadores de apoyo a los sistemas de refrigeración, que podían haber evitado el desastre, se colocaron en un sótano inundado por la ola.

El Primer Ministro centraliza su crítica a TEPCO
en dos elementos: la laxitud de la seguridad, que llevó al hospital a tres trabajadores y la sobreestimación de los niveles de radiación. En una entrevista con Bloomberg TV, un representante de la oposición también fue crítico con TEPCO, al afirmar que “habían creado mucha preocupación entre el público en general”.

Mientras, ayer se conocía que se había producido una fuga de material nuclear que puede ser fatal para el ser humano si su exposición es durante unas horas. La prevención de la propagación de agua radiactiva por el suelo o por aire es la clave para contener la crisis actual.

“El plutonio que se encontró en el suelo no supone una amenaza para los trabajadores” según Hidehiko Nishiyama, un portavoz de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial japonesa. No obstante, Tetsuo Iguchi, profesor especializado en el análisis de isótopos y en la detección de radiación en la Universidad de Nagoya, explica que “hay que tener cuidado con el agua. Si el plutonio entra en la sangre, puede dañar nuestras células y provocar cáncer”.