La contracción en las nóminas fue generalizada y afectó a los sectores manufacturero, de la construcción y a la mayoría de los segmentos de servicios. Las cifras de noviembre fueron revisadas a la baja para mostrar recortes aún mayores de empleos. En ese mes, las nóminas descendieron en 584.000, la mayor caída desde 1974. La tasa de desempleo, por su parte, ascendió 0,4 puntos porcentuales al 7,2%, su nivel más alto desde enero de 1993.
Los economistas consideran que la tasa de desempleo, que se ubicaba apenas en el 5% recién en abril, aumentará al 8% o más durante los próximos meses. Según algunos indicadores más amplios, las condiciones en el mercado laboral son aún peores. Si se incluyen los trabajadores con una vinculación marginal y los empleados involuntarios a tiempo parcial, la tasa de trabajadores desempleados o subempleados ascendió el mes pasado al 13,5%, un aumento de casi seis puntos porcentuales frente a un año atrás.
El ingreso promedio por hora de los trabajadores aumentó el mes pasado en US$0,05, o el 0,3%, a US$18,36. Si se compara con un año antes, el ingreso promedio ascendió un 3,7% en diciembre. El Departamento de Trabajo agregó que las contrataciones laborales en el sector de la producción de bienes registraron una disminución superior a 250.000 durante diciembre. Dentro de ese grupo, las empresas manufactureras eliminaron 149.000 empleos. Las empresas fabricantes de autos y piezas eliminaron 21.000 empleos.
Los empleos en las empresas constructoras se redujeron en 101.000. En tanto, los empleos en el sector de los servicios disminuyeron en 273.000. Las compañías de servicios empresariales y profesionales redujeron en 113.000 sus nóminas de empleos. En el sector financiero, los empleos se redujeron en 14.000, mientras que las firmas minoristas eliminaron 66.000 puestos de trabajo. La duración promedio de la semana laboral disminuyó en 0,2 horas a 33,3 horas.

