Parecía difícil, pero se ha producido. Los últimos ejercicios han convertido el entorno de Dell en un campo de minas entre el que parece difícil caminar. La compañía es el tercer mayor fabricante mundial de ordenadores personales y portátiles y alrededor de un 50% de sus ventas se generan entre el mercado
minorista estadounidense.


Los últimos datos muestran que la incipiente recuperación de la economía de EE.UU está animando las ventas minoristas, por lo que podría pensarse que la demanda de ordenadores de Dell podría iniciar la remontada, pero no es así y parece difícil que suceda.


Un contexto poco esperanzador

Y es que las ventas de la compañía no sólo sufren por la mala situación de la economía, sino que a la falta de la demanda se han unido otros factores que eran poco predecibles. Por un lado, la actual segmentación de las preferencias de los usuarios hace que los productos de Dell se encuentren en un limbo de precios y calidad difícil de superar: los clientes que buscan ordenadores de alta gama se están decantando por Apple ya que son pocos los que parecen poder escapar al embrujo de la marca de la manzana. Por otro, los usuarios que buscan productos más baratos optan por competidores como Acer.

Por si eso fuese poco, cada vez son más los usuarios que prescinden de ordenadores y portátiles en favor de teléfonos móviles inteligentes o tabletas. De hecho, los datos apuntan que las entregas de ordenadores en EE.UU cayeron el año pasado un 5% con respecto al ejercicio anterior, lo que supone la peor cifra desde 2001.

Viraje de la compañía

Por eso Dell no ha tenido más remedio que planear un cambio en su estrategia de negocio. La salida ahora no pasa por la innovación en su división de consumo sino por la venta de productos y servicios pensados para las empresas. De hecho, ya el pasado ejercicio fiscal, la venta de servicios y soluciones para compañías aportaba casi un 30% de los ingresos de la compañía y el 50% del margen bruto.
Innovación en la unidad de ordenadores

En cualquier caso, la unidad de ordenadores sigue siendo crucial para la evolución del negocio, como no podía ser de otra manera y justo por eso los directivos de Dell han afirmado que hay opciones para mejorar. Ellos apuestan por el diseño y la comercialización de nuevos productos y la entrada en el mundo de las tabletas.

Las cifras de Dell

En este entorno, las cuentas del último trimestre fiscal han decepcionado a los inversores. La compañía generó unas ventas de 14.900 millones $, por debajo de los 15.100 millones que esperaba el mercado, lo que ha hecho que suenen las alarmas en bolsa.

Habrá que estar atentos a la evolución de los resultados, del crecimiento de las ventas en el área de empresas y si los nuevos productos de la unidad de ordenadores y tabletas seducen a los clientes minoristas

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