Para Merril Lynch, la enmienda no provocará cambios ni a corto plazo ni en la junta de Iberdrola de 2011, en la que ACS seguirá con los derechos de voto limitados al 10%. Antes de 2012, cuando sí tenga validez la norma, la constructora "deberá refinanciar una cantidad significativa de deuda ligada a su participación en Iberdrola", advierten los analistas del banco estadounidense.

Pese a que "no cambia profundamente la situación", la nueva norma "podría abrir la puerta a fusiones y adquisiciones", asegura Merrill Lynch, que calcula que ACS debe sumar más del 20% de Iberdrola para tomar el control de la eléctrica.

"La especulación del mercado irá a más, con rumores sobre potenciales socios para unirse a ACS", lo que "tenderá a incrementar el perfil especulativo de Iberdrola", añade el informe del banco estadounidense.

Unicredit considera que el retraso en un año de la aplicación de la norma será "particularmente doloroso" para ACS, mientras que Citigroup ve "improbable" que la decisión de ayer del Congreso abra procesos de fusiones y adquisiciones similares a los que se vivieron en el pasado.

Por su parte, los analistas de BPI entienden que la enmienda es "positiva" en términos de mercado porque "podría aumentar la especulación sobre Iberdrola". "La nueva ley no ayuda necesariamente a ACS a entrar en el consejo de Iberdrola", advierte.

Esta última afirmación contrasta con las de Ibequities, que en un informe considera que la ley facilitaría el camino de ACS al consejo", y de Cheuvreux, que entiende que la norma permitirá a la constructora "ganar peso" en su pretensión de entrar en el órgano rector de la eléctrica.