En concreto, en enero y febrero los bancos españoles tenían el 14,28% y el 14,27% de la financiación total del Eurosistema, respectivamente, las tasas más elevadas de la serie histórica, que data de 1999. Sólo en octubre de 2009, las entidades lograron un porcentaje similar, el 14%.

Estos datos ponen de manifiesto que la banca española mantiene su nivel de dependencia del BCE pese a la apertura del mercado interbancario, ya que los bajos tipos de interés y los mayores requerimientos de capital obligan a las entidades a no bajar la guardia.

Aunque en enero y febrero las entidades situaron su deuda con el Banco Central Europeo por debajo del importe de meses anteriores, con 77.318 millones y 76.269 millones de euros, en cada caso, el porcentaje sigue siendo elevado porque la financiación al resto del Eurosistema ha descendido más que la de los bancos españoles.

En concreto, en enero, la financiación al Eurosistema descendió en 34.000 millones de euros respecto a diciembre, mientras que la de la banca española creció en 1.000 millones. En febrero, la financiación del Eurosistema cayó en 7.000 millones, de los que 1.000 millones correspondieron a la banca española.

La demanda de las entidades españolas se incrementó de manera notable en la segunda mitad de 2008 por la crisis 'subprime' y desde entonces no ha parado de crecer en tasa interanual, aunque en ocasiones registra variaciones a la baja si se compara mes a mes.

El porcentaje de la deuda española respecto a la total del Eurosistema se mantuvo por debajo del 10% hasta el año 2003, cuando la banca española elevo hasta el 11% la petición de financiación durante algunos meses.

Tras ese año, el porcentaje de deuda se situó de nuevo por debajo del 10% hasta 2008. En abril de ese año, la petición de financiación comenzó a crecer y superó los 50.000 millones a partir de septiembre, cuando la caída de Lehman Brothers recrudeció la crisis de liquidez.