Actualmente hay cuatro compañías españolas que no cotizan durante un tiempo prolongado por orden de la CNMV: las inmobiliarias Martinsa-Fadesa y AISA, la textil Dogi y la química La Seda de Barcelona.

"Yo no recuerdo que haya habido nunca tantas empresas y durante tanto tiempo suspendidas a la vez. Española del Zinc pasó años suspendida, pero ahora hay cuatro al mismo tiempo", dijo una fuente de Sociedad de Bolsas.

"De todas formas, la que tiene potestad para suspender un valor es la CNMV. Sociedad de Bolsas únicamente realiza la fase ejecutiva, pero la que ordena suspender es la CNMV", agregó.

Sobre el particular, una portavoz del regulador afirmó que el criterio para suspender o levantar un valor es "la falta de información para el inversor. En cuanto la empresa envía la información, se levanta la suspensión", explicó.

Desde la óptica del accionista minoritario, estas situaciones se viven por lo general con impotencia, al ver sus inversiones paralizadas y con el miedo de que la situación perdure en el tiempo. "Se trata de un dinero que tienes ahí parado y el día en que empiece a cotizar puede pasar cualquier cosa", dijo Juan José Frutos, accionista minoritario de La Seda.

La química catalana lleva sin cotizar desde el pasado 5 de junio, aunque tras aprobar por fin su consejo las cuentas de 2008 con la rúbrica del auditor, el regulador podría decidir su regreso al parqué de un momento a otro.

Sin embargo, los intereses de los minoritarios siguen viéndose amenazados por los planes del fabricante de plástico para envases de ampliar capital y, posiblemente, capitalizar parte de su abultada deuda.

REGRESAR AL PARQUÉ, UNA INCÓGNITA


Al margen de que el regulador solicite información más precisa a los emisores, la suspensión de cotización suele ser la punta del iceberg de problemas mucho más graves y más allá de la competencia de la CNMV. De hecho, para las empresas afectadas, la vuelta al parqué es secundaria como ilustra el hecho de que varias de las suspensiones recientes hayan estado provocadas por graves conflictos que van desde el concurso de acreedores a la falta de validación de las cuentas por el consejo o el auditor.

Tanto Martinsa Fadesa como Dogi se han visto obligados a pedir amparo judicial al no poder hacer frente a sus deudas y no esperan que se levante las suspensión hasta que no resuelvan su situación concursal.

"No hay una previsión sobre cuándo volveremos a cotizar. Nuestra prioridad ahora es salir del concurso de acreedores", dijo un portavoz de la que fuera primera promotora española. En el caso de Dogi, la situación es bastante parecida.

"El objetivo es salir del concurso lo más pronto posible. El tema de la cotización compete a la CNMV. En la medida en que la empresa siga los pasos para salir del concurso, entendemos que podría levantarse la suspensión, aunque ambas cosas (salir del concurso y volver a cotizar) están bastante ligadas", dijo una portavoz de la empresa textil.