Los institutos financieros británicos acumulaban en esa fecha 155.000 millones, los italianos 59.000 millones y los españoles 97.000 millones de créditos impagados o de difícil cobro.

Pese al alto volumen de créditos problemáticos, las entidades alemanas cumplen con las exigencias de reservas de capital de los entes reguladores, en parte gracias al fondo de apoyo estatal al que han recurrido algunos bancos, según los expertos. Ésta es la razón, según PWC, de que las entidades alemanas sigan teniendo en sus balances tantos créditos difíciles y que se tomen más tiempo para deshacerse de ellos. En general, el negocio de traspaso o venta de este tipo de créditos en Europa está muy ralentizado, indica PWC, que estima que tomará dinamismo en la segunda mitad de 2010.

La consultora denomina créditos problemáticos a aquéllos a los que el deudor no está en capacidad de pagar el servicio de la deuda o aquellos en los que a corto o mediano plazo exista el riesgo de que no puedan pagarlos.

Disparos contra la banca española

Pero los disparos impactan en la banca española. Royal Bank of Scotland considera que el sistema bancario español necesita 51.700 millones de euros de capital en su escenario principal de pruebas de resistencia al que ha sometido a la banca utilizando el modelo empleado por la Reserva Federal de Estados Unidos en este tipo de pruebas.

“Bajo nuestro escenario central, que dejaría a los bancos con un core capital por encima del 6 por ciento después de las pruebas de estrés, una inyección total del orden de los 50.000 millones de euros (más y por encima de las inyecciones ya comprometidas) serán necesarias”, dijo RBS en una nota de análisis sobre el sistema financiero español.

Dentro del abanico de escenarios que maneja RBS sobre las pruebas de resistencia, la entidad escocesa llega a hablar en su peor horizonte de una necesidad de capital para la banca española de hasta 90.000 millones de euros.

El escenario central que maneja RBS tiene en cuenta un margen de descuento sobre la deuda soberana española de un 5 por ciento para la asunción de las pruebas de resistencia a la banca española y del 30 por ciento en el caso extremo.

No obstante, RBS considera que al final el Banco de España y el Comité de Supervisores Bancarios Europeos (CEBS) publicarán unas cifras de necesidades de capital más bajas para sus entidades más débiles, en el entorno de los 20.000 millones de euros. RBS considera que si se diera este caso último el sector bancario seguiría siendo débil, con unas tendencias de beneficios a la baja, debido a que los costes de financiación siguen siendo altos y el suministro crediticio reducido.

“Por ello vemos la necesidad de un mecanismo de apoyo europeo específicamente para recapitalizar el sistema bancario español”, según RBS.

De hecho, el banco escocés dijo en su estudio que “es improbable que el Tesoro español sea capaz de captar los 50.000 millones de euros que consideramos necesarios para el sector bancario”.

RBS subraya que el sistema bancario ha incrementado reciente su dependencia de la financiación del Banco Central Europeo (BCE).

En mayo de 2010, el sector bancario estaba haciendo uso de los mecanismos de financiación del BCE en torno a dos veces de lo que lo había hecho en momentos precrisis y la situación de estrés de financiación que afecta a los bancos españoles les hace más dependientes del BCE.

“Ausente la facilidad de préstamo del BCE, no está claro cómo el sector bancario habría encontrado otras fuentes alternativas de financiación”, agregó en el informe.

Con más de 3 billones de euros en activos y 1,8 billones de euros en préstamos, apoyados en 1,4 billones de euros en depósitos, 1 billón de euros de financiación mayorista (incluido el interbancario) y 188.000 millones de euros en capital para 2009, el sistema bancario español es demasiado grande como para no ser abordado desde un punto de vista político.

“El sistema bancario español afronta una situación de tomenta perfecta desde el punto de vista del desapalancamiento, una crisis de financiación mayorista, y preocupaciones de la calidad crediticia centradas en torno a un mercado inmobiliario débil y constantes crecimientos de las tasas de morosidad”, explicó RBS.

Riesgos para la economía española

Respecto a la economía española, RBS considera que la recuperación en España ha sido impulsada por un repunte muy fuerte en las exportaciones a pesar de la consabida falta de competitividad que la economía ha experimentado en los últimos veinte años.

Este factor que va en contra la intuición se debe al hecho de que España se beneficia de un stock muy grande de inversión extranjera directa en el sector manufacturero, con Alemania, Francia, Reino Unido y EEUU como los cuatro mayores inversores extranjeros.

Un repunte del comercio exterior alemán beneficia así a España a través del comercio interior de las firmas o del comercio entre ellas.

Este repunte en las exportaciones debería compensar temporalmente el impacto negativo del estrés sobre la deuda soberana y la banca. Sin embargo, esto no sería suficiente para evitar que la economía entre de nuevo en recesión, con un 60 por ciento de probabilidades de una recaída.

Fuente: www.lacartadelabolsa.com