La AMF ha impuesto a Sacyr una multa de 300.000 euros y a Rivero otra de 100.000, cifras que se han reducido respecto a las que podrían haber acarreado las infracciones constatadas porque los hechos son ya antiguos y además a efectos prácticos tuvieron su "epílogo" con la salida del grupo francés del capital de Eiffage, tras sus reveses judiciales en 2008.