En declaraciones a la cadena de televisión germana, Steinbrueck admitió que "no puede descartarse por completo que se produzca una quiebra" y afirmó que "los accionistas deben asumir sus responsabilidades" respecto a los problemas del grupo, que emplea a unas 55.000 personas y es propietario de la cadena de almacenes Kardstadt y controla la compañía británica de viajes Thomas Cook.

Las acciones de Arcandor han sido objeto de una gran volatilidad en las últimas jornadas ante la incertidumbre respecto al futuro de la compañía y las especulaciones respecto a una potencial fusión con el grupo Metro.


A este respecto, Arcandor indicó que la ayuda del Gobierno, que permitiría la estabilización de la compañía, es un requisito previo a las negociaciones con Metro.