La inversión en la construcción, por ejemplo, se redujo durante los primeros meses del año un 20%, mientras que su contribución a las arcas nacionales bajó un 12%, de 3.800 millones euros en 2007 a 3.300 millones de euros en 2008.La sombra de la crisis también afectó al consumo público, que retrocedió un 1,4% durante el segundo trimestre de este año, y a la producción industrial, que cayó un 1%.Aunque la mayoría de los analistas habían ya certificado en los últimos meses la defunción de la llamada economía del "Tigre Celta", las cifras confirman que el espectacular crecimiento experimentado por este país durante casi dos décadas ha terminado definitivamente. Después de alcanzar casi el pleno empleo y registrar índices de crecimiento económico cercanos al 10% a finales de siglo pasado, el paro podría superar en los próximos meses el 7%, aseguró el análisis.Y mientras la economía nacional creció el pasado año por encima del cuatro%, los expertos rebajan ahora esas previsiones en medio punto para 2008.Como consecuencia, un informe elaborado el pasado septiembre advirtió de que
los niveles de emigración volverán a superar a los de inmigración por primera vez desde la década de los ochenta, cuando empezaba a regresar al país la diáspora irlandesa y se sentaban las bases para la llegada masiva, diez años después, de trabajadores de Europa oriental.En 2006, las cuentas públicas presentaban un superávit de 5.200 millones de euros, lo que permitió al Gobierno presentar sucesivos presupuestos generales "generosos", pero ahora los expertos prevén que el Ejecutivo tendrá en sus manos un déficit de 7.400 millones de euros en 2009. Si Irlanda no rebaja el gasto público hasta unos niveles "históricos", apuntan los observadores, el Gobierno se verá obligado a tomar dinero prestado
, unos 11.000 millones de euros, para gestionar el país, lo que excedería los límites fijados por la Unión Europea