El bono ligado a la inflación comparte características con el bono convencional: paga intereses a intervalos fijos y devuelve el principal al vencimiento. Ahora bien, la diferencia radica en que el tipo de interés y el valor al vencimiento del bono indexado se ajustan por la tasa de inflación durante el periodo de vida del título, lo que implica que cuando la inflación sube también lo hace el valor nominal del bono. Esta es la principal diferencia respecto al bono nominal, el cual pierde valor cuando sube la inflación. Asimismo, el cupón que paga el bono se ajusta por la tasa de inflación, lo que implica que en términos reales el cupón sea fijo.

En un contexto económico a nivel mundial marcado por las políticas monetarias extremadamente expansivas desarrolladas por los bancos centrales de las principales economías del mundo desarrollado, y la cada vez mayor demanda de bienes (materias primas, alimentos, de consumo duradero) por parte de los países emergentes, los riesgos inflacionistas son evidentes. Por este motivo, y con el fin de evitar cargar las carteras con fondos que invierten en materias primas (con mayor volatilidad y con correlación con el ciclo económico), los fondos que invierten en bonos ligados a la inflación pueden ser un instrumento muy útil como protección a la subida de los precios, al tiempo que favorecen la diversificación debido a la reducida correlación con los activos de riesgo.

Como alternativa dentro de esta categoría de activo, esta semana propongo el fondo AXA WF Global Inflation Bonds. El fondo invierte en bonos de cualquier país del mundo, y se posiciona entre los mejores de su categoría con una rentabilidad anualizada desde el año 2008 del 5,46%, una volatilidad del 5,59% y una correlación del -49% con el índice de renta variable MSCI World.




Fuente: AllFundsBank












Evolución del fondo AXA WF Global Inflation Bond y comparativa con el MSCI World

Fuente: AllfundsBank.