En lo que a los datos de febrero se refiere, ambos fueron revisados una décima al alza. Cabe destacar que la caída de los ingresos, unidos al notable descenso de los gastos, provocó que la tasa de ahorro profundizase en su evolución negativa pasando de –0,7 a –1,3. También fue publicado el deflactor del gasto subyacente (medida preferida de inflación para la Fed) que se volvió a desacelerar pasando de 2,1% a 2,0% (se esperaba un mantenimiento) lo que supuso entrar dentro del rango 1,75%-2,0%, zona de confort para la Fed. Esto provocó que el dato tuviese un fuerte sesgo de moderación de precios. Este indicador fue publicado junto con el informe de empleo del mes de mayo que se saldó con una creación de puestos de trabajo mayor de la esperada. El mercado de deuda reaccionó en un principio con descenso de TIRES ante el sesgo poco inflacionista derivado del deflactor del gasto subyacente. No obstante, este movimiento se revirtió ante la mayor creación de empleo comentada. El sesgo general de menos inflación con sorpresa positiva en el mercado laboral es recogido por la renta variable con ganancias.