Las declaraciones del ex presidente de la Reserva Federal de EEUU(FED), Alan Greenspan, coincidieron con la publicación hoy de los datos de inflación de noviembre, los más altos en más de dos años debido al repunte en los precios de la energía. El repunte del 0,8% en el Indice de Precios al Consumo (IPC) de noviembre deja la inflación interanual en el 4,3%, por encima del 4,1 pronosticado por los analistas.El calentamiento inflacionario dificulta la tarea a la Fed, que ve limitada su capacidad para seguir rebajando los tipos de interés y estimular así el crecimiento económico.Por lo demás, el ex responsable de la Fed rechazó hoy las críticas que apuntan que contribuyó a estimular la burbuja en el sector inmobiliario durante sus casi dos décadas al frente del banco central mediante su política de bajos tipos de interés.Ese argumento "no coincide con los hechos", dijo. Indicó que "hay burbujas inmobiliarias en dos docenas de países o más alrededor del mundo", y recordó que ese fenómeno obedece a que los tipos de interés a largo plazo han disminuido en todas partes.Destacó que ha habido una desconexión en los últimos años entre los movimientos de los tipos a corto plazo de la Fed y las tasas de interés a largo plazo, como las que se aplican a las hipotecas.Recordó que la Fed esperaba que las tasas hipotecarias a largo plazo aumentarían cuando empezó a encarecer el precio del dinero a corto plazo en el 2004. Ese escenario no se produjo."Concluimos que las fuerzas monetarias que estaban surgiendo a escala global eran tan abrumadoras frente a los recursos del banco central que de hecho perdimos control sobre los tipos de interés a largo plazo y las fuerzas que movían al alza los precios de la vivienda", insistió.Ante la pregunta de si la Fed podía haber prevenido o aliviado la burbuja inmobiliaria en EEUU, señaló que "sólo hay una cosa que podíamos haber hecho: cortar el crédito a corto plazo".Precisó que el haber optado por ese camino habría dañado los pilares económicos y acabado con la bonanza inmobiliaria."Existen pruebas muy claras de que no hay nada que los bancos centrales pudieron haber hecho o intentado", afirmó.Apuntó que el estallido de la burbuja inmobiliaria era en cierta parte "inevitable"."Cuando empieza a desarrollarse una sensación de euforia en una economía te estás enfrentando a los aspectos innatos de la naturaleza humana", afirmó. "He visto burbujas inflarse y desinflarse durante 60 años y estoy bastante convencido de que nunca seremos capaces, ya sea mediante políticas monetarias, fiscales o acciones gubernamentales, de minar esas burbujas sin dañar a la economía", aseguró."Al final se tienen que desactivar por sí mismas", concluyó. Destacó que en la actualidad existe deflación inmobiliaria en todo el mundo. "Ha empezado en España, Gran Bretaña y en una serie de otros países por muchos motivos diferentes y claramente va a tener un impacto en las economías de todo el mundo", insistió.