La agencia de calificación crediticia Fitch califica como “satisfactorios” los niveles de capital de la banca española, y espera que se continúen fortaleciendo, “en particular teniendo en cuenta los requisitos mínimos previstos para los fondos propios y obligaciones elegibles (MREL por sus siglas en inglés)".

Aunque aún se desconocen las cifras finales para cada entidad, tomando como referencia la propuesta del supervisor bancario europeo, EBA, de diciembre de 2016, la firma calcula que los 10 bancos más grandes, excluidos BBVA y Banco Santander, tendrían que emitir 43.000 millones en deuda senior subordinada  y no preferente para 2022.

“La emisión de instrumentos elegibles para MREL modificará la estructura de responsabilidad de los bancos españoles, con un mayor impacto en los regionales, que tradicionalmente se han financiado mediante depósitos y bonos hipotecarios. Estas entidades podrían tener que emitir volúmenes proporcionalmente mayores”, destaca la agencia. Y, además, añade, los costos también serían superiores: estiman entre un 13% y un 23% para estos bancos, frente al 4%-9% de los más grandes.

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Esta divergencia, concluyen, “podría aumentar la presión para una consolidación en el sector”.

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