Wall Street está a punto de cerrar la primera parte de 2020 que se ha mostrado casi como una vida entera bursátil. Tantos y tan complicados han sido los momentos que ha vivido el mercado de acciones más importante del mundo a cuenta de la pandemia en un año en el que los fundamentales de las empresas y sus valoraciones se han ido a la papelera.
Buen exponente de ello es la evolución de un S&P 500 que en otras condiciones se estaría preparando para el aluvión de los resultados del segundo trimestre del año en el quehacer de las compañías. Es lo que hacía el pasado 2019, cuando a estas alturas del año sumaba más de un 15% para beneplácito de los inversores. En cambio, en el presente ejercicio este 15 de junio se presenta incluso con un ligero saldo negativo: caída del 5% tras romper el equilibrio el abrupto descenso del indicador la pasada semana, en su peor periplo desde marzo. Pero también al recuperarlo ayer mismo, tras señalar la Fed que comprará bonos corporativos particulares.
El S&P 500 había pasado la prueba de fuego....o eso se creía. Entre el 23 de marzo y finales de mayo el indicador había bajado la friolera de un 31% a cuenta del Covid-19. Sin embargo desde los mínimos del año ya recupera un 37% hasta el cierre ya positivo del pasado viernes. Y le separa un 10% de los máximos registrados en febrero de 3386 puntos.
Hay quien ve el vaso medio lleno. Nuestros indicadores premium por ejemplo, que presentan una puntuación revisada al alza de 6 sobre 10, con niveles de consolidación en los que ahora se encuentra. Y mucho en positivo. Las excepciones: la tendencia a largo bajista y la volatilidad que marca el rango de amplitud tanto a medio como a largo plazo.
Hay analistas que ya lo ven en los 4000 puntos a 12 meses vista, para lo que resta un recorrido del 33%. Pero no todos son tan favorables. Por ejemplo el consenso de Bloomberg para fin de año coloca al indicador en los 2933 puntos, por debajo de su nivel actual. Desde Barclays pronostican un nivel incluso muy inferior el de los 2500 puntos, un 22% inferior a su nivel actual. Y en Bank Of America tampoco son muy positivos: a pesar del incremento de su expectativa ven al S&P en los 2900 puntos al terminar el ejercicio.
Para José Antonio González, analista de Estrategias de Inversión el S&P500 "registra un contundente impulso bajista al más estricto corto plazo, a partir de los 3.233 puntos, movimiento que activa señales de venta en osciladores, cuyas lecturas se encuentran en zonas de sobrecompra".
"De este modo-subraya- el precio se encuentra atacando sus medias móviles de medio y largo plazo, cuya perforación, habilitaría a las ventas a actualizar objetivos a la baja rumbo al área de soporte comprendido en torno a los 2.766 / 2.727 puntos".
S&P 500 en gráfico diario con Rango de amplitud medio en porcentaje (ventana central superior), MACD (ventana central inferior) y volumen de contratación (ventana inferior)
Entre los mejores del año: farmacéuticas y tecnológicas que arrasan con todo. Regeneron Pharma que busca prevención y tratamiento con su REGN-COV2 al coronavirus, y acaba de empezar los ensayos en humanos es la reina del indicador: 60% de avance desde principios de año. ONVIDIA de la que vemos abajo su gráfica de cotización. Inteligencia artificial, aprendizaje automático o conducción autónoma que sube un 51,5% en vertical como podemos comprobar en su gráfica de cotización. Y les acompañan PayPalcon sus pagos seguros o Amazonque ha hecho el agosto con el confinamiento.
Entre lo peor, Edwards Lifesciences una empresa de válvulas cardiacas, Transocean , una empresa de perforación en alta mar, Macerich una empresa que invierte en bienes raices y la empresa de cruceros Carnival, con caídas que van desde el 71 al 61%.
En definitiva, el panorama del S&P 500 está sembrado por la incertidumbre que marca el Covid-19. Si lo peor ha pasado, las compañías más castigadas, en general las del negocio minorista en textil , turismo y consumo en general que soporta en dos tercios el PIB estadounidense, harán reverdecer al indicador. Si por el contrario hay rebrotes y la economía vuelve a su mínima expresión, los recortes en lo que queda de 2020 en el indicador están asegurados.
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