Baena ha asegurado que ese ajuste a la baja de los precios se ha visto reflejado en las tasaciones de los API, porque éstos reflejan el valor de mercado, aunque ha señalado que el próximo año el precio de la vivienda "comenzará a estabilizarse y e incluso a subir, pero no al ritmo de antes".Según ha explicado,la situación actual "era previsible" porque el sector inmobiliario se encontraba inmerso en una "carrera desenfrenada que llevaba a que tuviéramos precios de auténtica injusticia social, porque no había forma de pagar una vivienda en tres vidas que se vivieran".En su opinión, los ciudadanos que quieran comprar viviendas no deben esperar a que los precios bajen más, porque la "limpieza enorme" ya se ha producido, como, según dice, demuestra el cierre de alrededor del 60% de las 80.000 o 90.000 oficinas de compraventa inmobiliaria que operaban en España antes de la crisis.La mayoría de estas oficinas -calificadas por Baena de "chiringuitos inmobiliarios"- no pertenecían al Colegio Oficial de los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, y ofrecían a los clientes unos servicios "deficientes, poco profesionales y regidos por la ley de la selva". Por ello, el presidente estatal de la API ha abogado por
endurecer la legislación, regular el sistema inmobiliario y exigir cualificación profesional a quienes se dediquen a la compraventa inmobiliaria, para evitar así el exceso de intermediarios no profesionales.