“Los jefes de gobierno de la zona euro tienen intención de responder a un problema de deuda estructural a largo plazo mediante una lectura más estricta del Pacto de estabilidad y crecimiento original, cuando el problema es cíclico y más urgente”, comenta Greetham. “Por un lado, las economías periféricas han recibido presiones para reducir el gasto público como consecuencia del mayor peso que los mercados han impuesto al servicio de la deuda. Pero, por otro, si siguen las recetas de las reuniones de la UE o aceptan las condiciones que van asociadas a los fondos de rescate, se encontrarán con una presión similar. En mi opinión, esa no es la línea de actuación correcta en un momento en que la recuperación es todavía frágil y las estructuras de la moneda única impiden a los gobernantes compensar el efecto negativo de los recortes del gasto mediante devaluaciones de la divisa o estímulos monetarios adicionales, una posibilidad que sí existe en Estados Unidos o en Gran Bretaña.”

“Las uniones monetarias consolidadas, como la de Estados Unidos, resuelven el problema de la asimetría en las condiciones económicas mediante transferencias fiscales. El superávit fiscal de las regiones más prósperas se transfiere en forma de prestaciones a las zonas más desfavorecidas. Esas transferencias pueden suponer grandes volúmenes, pero resultan invisibles y atraen muy poco interés político. Posiblemente, la unión monetaria europea sólo podría sobrevivir a un periodo prolongado de debilidad mediante fuertes transferencias fiscales de unos países a otros. Los préstamos no bastan. Sin embargo, para ello sería imprescindible un grado de coordinación mucho mayor en términos de políticas fiscales y sociales, o mediante la creación de un gobierno federal que distribuyera esos fondos.”

“El paquete de rescate alivia las tensiones financieras a corto plazo pero no aporta ningún estímulo adicional a las economías periféricas. Y existe el riesgo de que los recortes en el gasto hagan recaer a esas economías en la recesión. Si los precios de los activos se derrumban, la banca aplicará políticas de crédito impredecibles. En los países con dificultades, la deflación en los sueldos y los precios nominales harán que se perciba un aumento real en el tipo de interés único que fija del BCE, lo cual acentuará aún más el empeoramiento económico.”

“Confiamos en que se produzca una recuperación económica sostenida que vuelva a llenar las arcas del erario público en todo el mundo. Ahora bien, los principales indicadores de crecimiento están repuntando y es probable que los mercados penalicen a los más rezagados de tanto en cuanto, hasta que resulte evidente que esa lentitud es sólo moderación en el ritmo de la recuperación.”