En relación a la posible modificación normativa, BAA dijo hoy que trabaja con "Reynolds Partners (que asesora a los "bonistas") y ABI (Association of British Insurers) para estudiar la consulta sobre la regulación" propuesta por el Gobierno, y dará a conocer su opinión "en las próximas semanas".

BAA es propiedad de la empresa española Ferrovial y bajo su gestión se encuentran siete aeropuertos británicos: los londinenses Heathrow, Gatwick y Stansted; el de Southampton, situado al sur de Inglaterra; así como los escoceses de Glasgow, Edimburgo y Aberdeen.

Los "bonistas" dieron su respaldo en agosto del año pasado al plan de refinanciación de la deuda de BAA, invirtiendo en estos bonos 4.850 millones de libras (unos 5.400 millones de euros al cambio actual).

Según el rotativo británico, el "régimen de administración especial" que estudia el Ministerio de Transporte para BAA sería similar al que rige otras actividades como las relacionadas con el suministro de agua y de energía.

El problema radicaría en que esta regulación impediría a los "bonistas" y acreedores ejercer su derecho a designar un administrador en el caso de que quisieran vender los títulos y recuperar su dinero.

La modificación de las condiciones bajo las cuales los propietarios de estos bonos llevaron a cabo la compra les permitiría reclamar la devolución de su inversión, lo que, según "The Daily Telegraph", "provocaría una crisis en Ferrovial".

El diario asegura también que los "bonistas" han contratado los servicios de un grupo de asesores financieros, Reynolds Partners, debido al "creciente temor" a que se produzca ese cambio normativo.

El gestor aeroportuario británico ha sido acusado por la Comisión de Competencia de posición monopolística y ha exigido que venda tres de sus aeropuertos.

BAA presentó esta misma semana un recurso a esta decisión en el que alegó que uno de los miembros de la Comisión no es imparcial por tener intereses en un grupo que aspira a la compra de Gatwick, aeropuerto que puso en venta antes de que fuera obligado a ello.

El propio consejero delegado de Ferrovial, Joaquín Ayuso, reconoció en un acto celebrado el martes en Londres que la empresa ha tenido que ir sorteando diferentes "obstáculos" tras la compra de BAA.

Según el diario, el Gobierno británico ve "con creciente nerviosismo" la situación financiera de Ferrovial debido al "fuerte apalancamiento" con que opera por "la congelación del mercado crediticio y a la caída del número de pasajeros".