Razones no le faltan al euro para perder el soporte de los 1,30 dólares. De este a oeste, los movimientos político-económicos de los países del Viejo Continente están haciendo que el euro se tambalee. Empezando por Grecia, cuya incapacidad de formar gobierno pone en duda su sostenibilidad del país. Además, en caso de que algunos de los partidos políticos vencedores de las elecciones del fin de semana logren formar una coalición ejecutiva, está claro que dicho gobierno no aprobará los recortes que la troika exigió al país a cambio de dos rescates. Por si esto fuera poco, en junio Grecia tendrá que hacer frente a importantes vencimientos de deuda, pero su capacidad de pago es nula y los organismos internacionales no están dispuestos a donarles ni un euro más. Con ello, las probabilidades de que Grecia salga de la zona euro son cada vez más alarmistas. Citigroup
cree que tiene un 75% de probabilidades de abandonar la moneda única, mientras que JP Morgan rebaja esa posibilidad en un 50%. Hay quien pone fecha incluso a esta salida, como
FxPro, que avisa de que podría darse antes de finales de año. Si el país heleno saliera por la puerta de atrás, ¿qué pasaría con el euro? “asistiríamos a movimientos de gran volatilidad en el euro, aunque luego saldría reforzado”, dice Fernando Luque, senior financial editor de Morningstar. Además, “el dólar sufriría, por lo que los inversores que tuvieran exposición a EE.UU. también verían disminuida su inversión”, indica el experto.

A la incertidumbre política y económica griega, se le une el enfriamiento del eje fuerte de Europa, Alemania-Francia. El encontronazo entre la canciller germana, Angela Merkel, partidaria de ajustes fiscales severos en la UE, y el flamante presidente de la República gala, François Hollande, que quiere relajar éstos, pone en apuros al euro. Y, por último lugar, España. Nuestro país se enfrenta al, esperemos, definitivo coletazo de la reforma financiera con el previsible anuncio de mayores exigencias de provisionamiento a la banca y posible nacionalización parcial del cuarto grupo financiero del país, Bankia.

Sea como fuere, la naturaleza del euro está en duda. De hecho, ya lo decía hace unos días el gurú Warrent Buffet, el cual, ponía en duda el mantenimiento de la moneda única de aquí a cinco años. Según Alexis Ortega, socio de Finagentes Gestión, “el problema es que cuando el euro suba, el riesgo de desaparición de la estructura de la moneda única, como la conocemos, sí estará en riesgo”.

Pese a este negativo contexto, Ramón Senosiain, director del dpto. de Investment Consulting y Productos de Credit Suisse, cree que, de momento, “el euro-dólar se mantendrá dentro del rango 1,30-1,35 dólares”. Las fuerzas que están tirando en contra de la devaluación de la divisa europea son: “los intereses políticos de Alemania, que no quiere un euro más barato para evitar las presiones inflacionistas , y de EE.UU., que tampoco quiere un euro mucho más abajo porque sus exportaciones se encarecerían”, dice Senosiain. Sin embargo, el experto reconoce que “si la situación europea se agravase, el euro bajará hasta los 1,25 dólares en los próximos meses”,

Además, Ignacio Albuzuri, de FxPro, recuerda que “el euro se negociaba en 1,27 dólares a mediados de enero. De hecho, en el año y hasta la fecha, el euro ha superado al dólar de EE.UU., el yen japonés y el australiano, a pesar de que se está quedando detrás de un resurgimiento de la libra. Además, los traders siguen manteniendo los cortos en el euro que se abrieron en 1,29 batiéndose el record histórico de posiciones cortas sobre la moneda”.

Por todo ello, como indica, José Luis Martínez Campuzano, Estratega de Citigroup, es previsible que veamos al euro-dólar cotizando en los próximos meses “en el entorno de los 1,25-1,27 dólares”.

GRÁFICO EURO-DÓLAR: