Papademos espera que las nuevas medidas que negocian las autoridades griegas con la Comisión, el BCE y el FMI estén listas "a principios de mayo"." Es esencial que el programa económico que está siendo preparado por la Comisión Europea, el BCE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) junto con las autoridades griegas concrete medidas fiscales y reformas estructurales que afronten las causas de los desequilibrios fiscales y las debilidades estructurales de Grecia, para garantizar la sostenibilidad de sus finanzas públicas y mejorar su competitividad internacional", dijo Papademos en su última comparecencia ante la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara, ya que deja el cargo en mayo.

Este programa, que recogerá también las medidas de ajuste que Grecia debe adoptar los años 2011 y 2012 para reducir su déficit, "debe completarse antes de que se tome ninguna decisión sobre la activación del mecanismo de ayuda financiera". Durante las negociaciones, el BCE insistirá no sólo en las medidas de ajuste fiscal sino también "en las reformas que refuercen la competitividad de la economía griega", subrayó Papademos. El papel de la autoridad monetaria será "actuar como agente para facilitar los pagos, pero el BCE no proporcionará financiación", recordó.

Al ser interrogado sobre la participación del FMI en el plan de rescate griego, el vicepresidente del Banco Central señaló que se trata de una "solución factible" y se mostró convencido de que se superarán "posibles diferencias" y de que "no habrá dificultades para lograr una posición común" porque "todas las instituciones implicadas, así como el Gobierno griego, tienen los mismos objetivos".

Papademos admitió que pese a los sucesivos anuncios por parte de los países de la eurozona del plan de rescate para Grecia "las presiones de los mercados financieros han persistido y se han intensificado recientemente". Y las atribuyó a "las preocupaciones por la sostenibilidad fiscal de Grecia y por la capacidad del país para refinanciar su deuda a corto plazo".

El vicepresidente del BCE reconoció que en los últimos años la "vigilancia económica" en la eurozona no ha sido suficiente para garantizar la disciplina fiscal, especialmente en los buenos momentos, ni tampoco para evaluar el impacto de las divergencias de competitividad entre los Estados miembros. Por ello, abogó por reforzar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y expresó su respaldo al trabajo del grupo de expertos que los líderes europeos acordaron crear durante la cumbre de marzo para lograr este objetivo.