Sus estatutos de asociación no están reñidos con esto", afirmó en la presentación del informe anual del banco central holandés.

Aún así, Wellink aclaró que aún no se ha agotado el margen de maniobra en materia de tipos de interés y que el BCE no ha entrado todavía en el mercado de los pagarés financieros y los bonos respaldados por activos porque es un mercado "considerablemente menos importante" para Europa que para Estados Unidos.

Los directivos del BCE, incluido el presidente, Jean-Claude Trichet, han afirmado que no hay lugar para recortar el principal tipo de refinanciación, que actualmente está en el 1,5%. Por ello, Trichet y otros miembros de la entidad, que abogan por no recortar los tipos por debajo del 1%, no descartan la adopción de medidas "no convencionales".

Sin embargo, los economistas esperan que el BCE siga bajando los tipos y se prevé que la próxima semana lleve a cabo un recorte de 50 puntos básicos.

Respecto a la coyuntura económica actual en el continente, Wellink se mostró cauto para no pronosticar un final de la recesión. "Existe consenso sobre que la economía se reactivará en algún momento de 2010 y no es surrealista", apuntó. Además, recordó que "las crisis financieras previas han mostrado que es casi imposible predecir cómo y cuándo llegará la recuperación. Podría llevar entre dos y tres años, lo que nos llevaría a 2011".

También se refirió al riesgo de que se produzca una deflación global y la atribuyó a la caída de los precios de las materias primas. En este entorno, Wellink no descarta que se produzcan importantes caídas en los precios al consumo en la zona euro. "Esto no es un problema por sí solo mientras los consumidores no empiecen a posponer continuamente sus adquisiciones, esperando a caídas futuras de los precios", explicó.