Existe una diferencia clara entre las políticas monetarias llevadas a cabo en Estados Unidos e Inglaterra y la acometida por el ECB. Aquí, dentro de la zona euro, el mandato se dirige estrictamente a controlar la inflación y la máquina de papel –obviando LTROs y demás similares- no está a disposición de Frankfurt. ¿Está Dragui esperando ver un puñetazo sobre la mesa en La Moncloa?
Probablemente. Los expertos de Citi consideran que “una estrategia clara y creíble” de recapitalización del sistema financiero español es “condición indispensable” para ver una “provisión extra del programa LTRO”. De ahí, que se cuenten ya por una docena las semanas en las que el Banco Central Europa ha evitado comprar deuda soberana de países como España e Italia a pesar del rally en sus spreads de deuda. “Relajada” se encuentra la prima de riesgo, según algunos diarios salmón españoles.


El caso es que el riesgo país no baja de los 520 puntos básicos con un bono español a diez años en el 6,42%. La situación italiana es aún más preocupante puesto que se encuentra al borde de la curva invertida: tan sólo medio punto porcentual separa la rentabilidad exigida en sus títulos a cinco años de los bonos a una década, en el 5,7%. “Sería fantástico” que el BCE anunciara la compra nuevamente de deuda, asegura Susana Felpeto, analista de Atlas Capital, puesto que esta semana “tenemos una subasta a diez años en la que ha bajado el volumen hasta los 2.000 millones de euros” cuando lo normal para estos títulos “es una horquilla comprendida entre 2.500/3.000 millones”.


¿Tipos al 0,75%?
“Si algo está demostrando el BCE últimamente es su carácter hermético”, afirma Javier Niederleyter, profesor del IEB (Instituto de Estudios Bursátiles). De ahí que el despiste entre los analistas sea generalizado. Desde Citi, los expertos consideran que esta decisión quedará relegada al próximo mes una vez pasados ya los comicios en Grecia y con un plan de recapitalización fiable en el caso de España.

Es más, según un sondeo realizado por la agencia Reuters, 62 de un total de 73 expertos financieros a nivel internacional apuntan a un mantenimiento del precio del dinero en el 1%. Mario Dragui desoría así a la presidenta del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, cuando aseguraba esta misma semana que “existe margen para una bajada de tipos de interés en la zona euro”. En una entrevista concedida al diario sueco Svenska Dagbladet, Lagarde se refería, además, al programa LTRO, “utilizado ya”, decía, y que “ha impulsado la economía” de la Unión Europea en la dos ocasiones en las que ha sido empleado.

Daniel Pingarrón, analista de IG Markets, no descarta “una bajada del 0,25% en los tipos de interés”, aunque lo que es prácticamente seguro es un cambio en el discurso de Dragui, hasta la fecha “completamente frío” y ajeno a los problemas de la periferia europea, y que vendría a “no cerrar la puerta” a ninguna posibilidad.

Pero, de producirse, ¿qué efectos tendría un recorte de tipos en la economía? “Haría que la moneda se debilitase algo más respecto al dólar”, comenta Felpeto, lo que beneficiaría, sin duda, a las exportaciones y haría “arrancar” a la economía. Asimismo, apunta la analista, “debería dar lugar a un buen tono en bolsa” dado que cuando se valora una compañía “se utiliza un tipo de cambio que de bajar, el precio objetivo de la empresa inmediatamente sube”.
En todo caso, y frente a los rumores que apuntan a la paridad entre el euro y el dólar americano, la experta de Atlas Capital duda que esta situación a 1 llegue a producirse. “En Estados Unidos, donde tienen una política monetaria común, si tienen que llevar a cabo un QE3 lo harían puesto que a ellos les sigue interesando tener una moneda” que favorezca las exportaciones. De hecho, existen rumores que apuntan a una segunda ‘Operación Twist’ puesto que el vencimiento de la que se encuentra en vigor está ya muy cercano y los últimos datos, tales como “el ISM manufacturero y de empleo”, han salido “algo más flojos y sería necesaria para reactivar la economía”.


LTRO, ¿tercera oleada?

Si sobre una subida de tipos o no existen dudas, acerca de una nueva macroinyección de liquidez los expertos ponen la vista en la Cumbre del Eurogrupo de los próximos días 28 y 29 de junio. “El BCE realiza los LTROs para que el dinero fluya, pero al no producirse esto, sino todo lo contrario”, Dragui podría haber optado por comprar deuda desde su institución y suspender la ventanilla a los bancos, según Niederleyter.

A falta de consenso para una nueva macroinyección, de la reunión de este miércoles podría definirse “el Fondo de Rescate para recapitalizar a bancos y ver el papel que se da al Banco Europeo de Inversiones”, comenta Pingarrón.
Lo que no se sabe es hasta qué punto es complementario un LTRO con la puesta en práctica del Fondo de Rescate a la banca. “Lo son”, comenta el profesor del IEB, a pesar de que el Banco Central Europeo “mantiene, según Citi, “el comportamiento de esperar a una acción gubernamental para llevar a cabo sus propias medidas de mitigación de la crisis financiera”.


Más deuda en cartera
212.00 millones de euros es el montante total que acumulaba a fecha del lunes el BCE en su cartera de deuda soberana, aún a pesar de llevar acumuladas doce semanas en las que no se ha paseado por el mercado secundario de compras.

No importa que la prima de riesgo se dispare en España e Italia puesto que Frankfurt se encuentra a la espera de que tanto Rajoy como Monti hagan primero los deberes. Pero claro es la pescadilla que se muerde la cola: aquello de deuda comprada por bancos que a su vez piden al BCE y vuelta a empezar y ninguno de ellos sabe hasta cuándo podrá mantener esta situación. Ayer mismo, los bancos del eurosistema pidieron la cifra más elevada desde el pasado 15 de febrero duplicando las peticiones de liquidez en la subasta rutinaria que celebra el BCE a una semana, al pasar de 51.176 a 119.370 millones de euros. Los bancos españoles, junto a los italianos, se encuentran entre los que más han abusado de las subastas de liquidez a largo plazo de la institución. Según los últimos datos del Banco de España a 30 abril, la deuda de la banca española con el BCE alcanzaba un récord histórico en 263.535 millones de euros, millones entre los que la deuda a corto representa tan sólo 1.700 millones.
Otro aspecto clave son las elecciones en Grecia. “¿Para qué va a mover ficha el BCE cuando la situación podría dar un giro de 180º tras el 17 de junio?”, según los expertos. Todo sea que haya que reservar el poco dinero que queda en la cuenta comunitaria para salvar el vacío que deje Atenas.