Las instituciones europeas son conscientes de que no es momento para jugar al despiste y cada actor parece tener muy claro qué papel desempeñar. El Banco Central Europeo despedirá el año con una rebaja de 0,25 puntos lo que coloca el precio oficial del dinero en el 1%. El actual presidente de la máxima autoridad monetaria europea, Mario Dragui, trazó un plan ya hace un mes con visas de mantenerse en el tiempo y de contradecir la política tan criticada de su antecesor: es la segunda vez que rebaja los tipos de interés, una situación que favorece y con mucho a la periferia europea. Es la vuelta a los niveles con los que comenzábamos este mismo año y que es, además, el mínimo histórico.

El Banco de Inglaterra hacía lo propio este mismo mediodía: mantiene intacta su política monetaria. Los tipos de interés permanecerán en el 0,5%, al menos, un mes más, al igual que su política de compra de bonos se mantendrá en los 275.000 millones de euros.

Ahora es el turno de los líderes europeos que ya esta noche empezarán a verse las caras en la cena previa a la Cumbre Europea de mañana.

Medidas extraordinarias: abierta la barra de liquidez a 36 meses
Dragui, consciente de la situación de la eurozona, ha revisado a la baja la previsión de crecimiento para la zona euro. Los nuevos pronósticos sitúan el crecimiento en un rango de entre el -0,4% y el 1% de cara a 2012, frente a la anterior estimación de entre el 0,4% y el 2,2%. Y entre un 0,3% y el 2,3% para el año 2013.

Lo más esperado sin duda era lo referente al sector bancario. Mario Dragui ha confirmado que el BCE lanzará operaciones de préstamos a 36 meses para la banca, con un tipo de interés fijo y una cantidad ilimitada, para mejorar la liquidez y el acceso al crédito y asegurar el buen funcionamiento de la economía en la zona euro. Se amplía, por tanto, el anterior plazo de un año de vencimiento hasta los tres.  Además, se relajarán las garantías que exige a las entidades para poder solicitarlos.