La iniciativa creará una nueva agencia gubernamental, con el nombre de Corporación de Inversión Pública, para la compra de los activos de mala calidad a los bancos con problemas.

Esta nueva entidad combinará sus recursos con la Reserva Federal (FED), inversores privados y la Corporación Federal Aseguradora de Depósitos, una agencia pública, para la adquisición de esos activos.


La Corporación de Inversión Pública estará financiada con una cantidad entre los 75.000 y los 100.000 millones de dólares, procedentes del plan de rescate financiero aprobado el año pasado.

Además, el Departamento del Tesoro expandirá un mecanismo de la Reserva Federal, conocido como TALF, para incluir activos tóxicos más antiguos.

Ante la expectación creada por el anuncio del plan, la directora del Consejo Asesor Económico de la Casa Blanca, Cristina Romer, advirtió hoy a los mercados de que no esperen demasiado.

"Es tan sólo una de las medidas que vamos a adoptar", precisó. Cuando el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, presentó en febrero su plan de rescate del sector financiero entre grandes expectativas, los inversores consideraron que la iniciativa era demasiado vaga y los índices bursátiles se hundieron.