Ayer por la noche Dogi anunció mediante un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la presentación de concurso voluntario de acreedores ante la "imposibilidad" de obtener la financiación para solventar la situación de "insolvencia" actual.

Dicho concurso cuenta con un pasivo de 42 millones de euros, de los que 28 millones corresponden a la deuda contraída con las entidades financieras, 6 millones a proveedores, 5 millones al grupo Dogi y 3 millones a las administraciones públicas.

La textil de la familia Domènech aseguró que espera superar esta situación lo más pronto posible, por lo que está ultimando un plan de viabilidad y optará por presentar una propuesta anticipada de convenio.

La empresa ha esgrimido como causas para solicitar concurso una reducción de las ventas en los últimos meses, una estructura de costes "excesiva" --debido a la duplicidad de costes originada por el traslado de la fábrica a la nueva instalación de Dogi II en El Masnou (Barcelona)-- además de una restricción del crédito por parte de entidades financieras que han impedido atender regularmente las obligaciones financieras de la compañía, con efecto directo en la tesorería del grupo.

Los títulos de la compañía permanecen suspendidos en bolsa desde esta mañana, cuando la CNMV suspendió la cotización de Dogi de manera cautelar tras darse a conocer este anuncio.