En conjunto, las ventas de Dogi superaron los 17,3 millones de euros, frente a los 23,4 millones del primer trimestre de 2009, y no llegaron a cumplir con los objetivos presupuestados debido a la "incertidumbre" de los clientes derivada de la insolvencia de la matriz española.

Sobre la situación concursal en la que se encuentra desde los últimos 11 meses, la empresa ha logrado que un 76% de sus acreedores suscriban su propuesta anticipada de convenio, por lo que confía en que los administradores remitan un informe al juez que le permita dictar un auto para levantar el concurso.

Dogi destacó que la mejora en los resultados hasta marzo responde a la buena marcha del plan de viabilidad, que se estableció básicamente para las operaciones de España y China.

EL JUEZ AUTORIZA EL ERE TEMPORAL


En el caso de España, el plan de viabilidad "avanza significativamente" e incluye, entre otras medidas, la aplicación de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal que afectará un máximo de 50 días a toda la plantilla. El juez dio hoy el visto bueno a esta suspensión temporal.

La textil explicó que está pendiente de que el Institut Català de Finances (ICF) le conceda una ampliación de 1,5 millones de euros para asegurar la viabilidad financiera, aunque recordó que tanto Dogi como sus filiales cumplen puntualmente todos sus compromisos financieros.

En cuanto al comportamiento de sus 'joint-ventures', contribuyeron a un tercio de las pérdidas del grupo durante el primer trimestre. Dogiefa continuó sin mostrar síntomas de recuperación, aunque redujo pérdidas en un 25% hasta los 775.000 euros, mientras que Penn Asia obtuvo unos resultados por debajo de lo previsto y registró pérdidas de 122.000 euros.